SANTIAGO.- Concreto. Así es Fernando González, concreto. Cero especulación, cero "si es que hubiera pasado esto...", cero hablar sobre supuestos. Analiza lo que pasó y por qué pasó, pero tampoco le gusta mucho volver al pasado. Prefiere pensar en mejorar y hacerlo mejor en la próxima temporada.
Es difícil hacer un balance con González, entonces. Tiene una disposición magnífica, pero va contra su esencia darles muchas vueltas a las cosas.
- Aunque usted rescate lo positivo, cuesta creer que el año no le dejó un gusto amargo.
"Lo que pasa es que no jugué bien en los torneos grandes y, obviamente, si lo comparas con el año pasado en términos de ranking, no fue tan bueno. No me gusta dar excusas, pero debe haber influido también que tuve lesiones. Fue difícil no contar con el efecto sorpresa, porque ya todos me conocían. Tuve un comienzo de año difícil, después me empecé a adaptar y tal vez no terminé bien en los últimos torneos".
- Como sea, las lesiones son parte de la rutina del tenista, pero lo que lo debe haber incomodado más fueron accidentes como el de Buenos Aires o la enfermedad que sufrió en agosto. Esas son cosas que nadie espera que le ocurran.
"No, lo tomo como cosas que pasan nomás, pero lógicamente que te perjudican en tu rendimiento".
- ¿Lo perjudicó la presión de repetir lo del año pasado, de responder a las inmensas expectativas creadas en torno suyo?
"Presión siempre hay y no queda otra que adaptarse si quieres ser bueno-bueno. La tomo como parte del juego. No sé si la haya sentido más en las semanas en que defendía puntos, porque lo que cuenta es el balance de fin de año y sé que hay semanas en que vas a jugar bien y otras en que no".
- Horacio de la Peña, su técnico, dijo que le había faltado adaptarse más rápido a su nueva condición de figura. ¿Está de acuerdo?
"Lo que más me costó fue que los rivales me conocían más, que sabían cómo jugaba. Ese factor sorpresa que tenía el año pasado ayudaba harto. Y mientras más arriba estás, más ganas de ganarte tienen, pero hay que adaptarse a eso".
- Cuándo llegó a la final de Washington y quedó 13º del mundo, ¿se vio "top ten"?
"Bueno, justo defendía puntos la semana siguiente... Hay que estar tranquilo y hacer las cosas bien, porque así se da todo después. Tenía muchas ganas de ser top ten, pero no se pudo".
- ¿Qué fue lo mejor del año? ¿El triunfo en Düsseldorf? ¿Ganarle a Agassi?
"Fueron dos cosas muy bonitas, que disfruté mucho, independientemente de que en Washington jugué la final al otro día y perdí. Cuando ganamos la Copa del Mundo estaba feliz, porque lo había logrado por Chile, por el equipo y también por mí. No era solamente una satisfacción mía y eso tiene un sabor distinto".
- ¿Figura en sus planes Düsseldorf para 2004? El hecho de que sea una semana antes de Roland Garros y que ya lo haya ganado, ¿podría hacerle pensar en no ir?
"Me gusta mucho el torneo, tengo grandes recuerdos de él. Está justo antes de Roland Garros, así que hay que verlo en el tiempo, pero ganas de estar allí me sobran".
De rachas y golpes
- ¿No habrá sido lo mejor del año la regularidad que alcanzó entre mayo y agosto? Sacando el paréntesis de Wimbledon, consecutivamente hizo cuartos de Hamburgo, título de Düsseldorf ganando todos sus partidos en singles y dobles, cuartos de Roland Garros, triunfo en la Copa Davis en Venezuela, semis de Stuttgart, cuartos de Umag y final de Washington. Para un jugador de sus características, es muy difícil jugar bien todas las semanas y usted lo hizo.
"No lo había pensado así, porque pensaba que en Wimbledon no había jugado bien. Es importante. La lata fue la gira final, porque en los últimos cuatro torneos gané un solo partido".
- De la Peña también dice que usted tiene apenas dos años de experiencia en el circuito, porque recién en 2002 comenzó a meterse en los torneos grandes.
"Bueno, el año pasado empecé jugando clasificaciones y terminé como cabeza de serie en los Masters Series. Fue un cambio bien fuerte, para bien. En 2003 también me pasaron hartas cosas y uno va aprendiendo, va entendiendo que es duro estar ahí".
- Haberles ganado a tres de los cuatro "top five" contra los que ha jugado (Roddick, Ferrero y Agassi) también debe ayudar a creer que se puede estar entre los mejores.
"Bueno, no tengo todas las estadísticas (ríe). No lo había pensado. Son grandes jugadores y las veces que les gané estaba jugando muy bien. No me asusta enfrentarlos, me motivo más, así como contra mí se motivan los que están más abajo en el ranking".
- Parece haber consenso en que, en lo técnico, lo que más le falta trabajar es la devolución.
"Sí, hay que trabajar mucho en eso, pero también en el saque y en el juego de red. La devolución es como el saque, que cuando funciona te hace sentir más seguro".
- Pero en la devolución le ayudaría no apurarse tanto a veces, no buscar siempre el tiro ganador.
"Eso lo da la experiencia, el tiempo. En los últimos torneos terminé devolviendo bastante con slice para poner más pelotas en juego... No hay mejor enseñanza que cuando uno vive las cosas".
- Pero lo entiende así, porque antes sentía que hacer eso era casi traicionar sus principios.
"Son cosas que uno tiene que ir aprendiendo. Con Horacio estamos trabajando en la devolución, en sacar mejor, en todo. Hay que tratar de perfeccionarse".
- Y el problema de su saque no parece ser técnico, sino, simplemente, debe lograr que sea más regular.
"Sí, no hay nada que cambiar, sólo seguir trabajando. Es el golpe más importante del tenis".
- Usted decía el otro día que deseaba hacer parte de la pretemporada acá. ¿No sería mejor realizarla toda en Buenos Aires, donde tiene menos distracciones?
"Bueno, cuando uno está acá quiere hacerlas todas, porque no está nunca. Me gustaría repartir un poco, pero lo tengo que hablar con Horacio...".
- La meta para 2004 es el "top ten", pero eso llega como consecuencia de jugar bien los torneos grandes.
"En realidad, lo más importante es jugar bien. Todo viene de la mano: jugar bien y subir en el ranking. Voy a apuntar a los torneos más grandes, porque son los que te dan el ranking. Los Grand Slams son los más importantes y hay que tratar de llegar a ellos bien entrenado y bien descansado, porque son certámenes largos, con partidos largos".
- Teniendo en cuenta que posee un buen saque, ¿no es un error ir a Wimbledon a lo que salga?
"Las dos veces que he ido no he llegado bien preparado, porque había tenido giras largas antes y descansé en las semanas previas. Tal vez el próximo año sea bueno jugar los torneos de preparación, pero depende de la gira de arcilla, porque si juegas bien ahí llegas muy cansado y en una de esas ni siquiera juegas Wimbledon".
Massú, Ríos y los otros
- ¿Sirve como estímulo lo que ha hecho Nicolás Massú?
"No trato de fijarme en los demás. Prefiero hacerlo en lo mío, en lo que soy capaz. Hay que tratar de aprender de las cosas buenas de cada jugador y ponerlas en práctica, pero no voy a estar pensando por qué Nicolás está ahí y yo no".
- Massú dijo el año pasado que sentía "sana envidia" de usted al verlo entre los 20 primeros. ¿No siente usted ahora "sana envidia" de Massú?
"Es cierto que sería mejor estar 14º que 34º... Obviamente que me gustaría estar en su lugar (ríe), pero tengo que fijarme en mí y tratar de lograr todo lo que puedo".
- ¿Le saca presión que Massú sea ahora el número uno de Chile? Ya no tiene a todo el país pendiente sólo de usted, como ocurrió en el primer semestre de este año.
"No pienso en eso, porque lo que vale realmente es lo que uno hace dentro de la cancha".
- ¿Qué tan difícil será el retorno para Marcelo Ríos?
"Depende de él. Ya he dicho que tenistas como él salen cada muchos años, que su talento es sólo comparable con el de algunos jugadores a lo largo de la historia del tenis. Si está con ganas entrenará bien, se dedicará y no le va a costar tanto. No puedo decir sí, si se va a meter de un viaje 10º".