SYDNEY.- El "partido más triste", el que define el tercer puesto del Mundial de rugby, tendrá mañana como protagonistas a una Nueva Zelanda con el orgullo herido frente a una Francia que ya piensa más en el vuelo de regreso.
Mientras los All Blacks presentarán prácticamente el mismo equipo que cayó en semifinales ante Australia, Francia sólo mantendrá a dos de los quince titulares que perdieron ante Inglaterra.
El quince del gallo dejará a Sylvain Marconnet y a Tony Marsh en la alineación titular. Además estrenarán capitán en la figura de Yannick Bru, después de que Fabien Galthie anunciase su retiro a los 34 años.
Obviando las críticas que sus decisiones levantaron, el seleccionador francés, Bernard Laporte, sólo habló del rival. "Es siempre un honor jugar contra los All Blacks. Ellos son los padres del rugby mundial", afirmó.
Nueva Zelanda, por el contrario, quiere preservar la imagen que le llevó a ganar el premio de mejor equipo del año concedido por la asociación mundial de jugadores. "Hay algo que salvar y es importante que terminemos con un triunfo", afirmó el entrenador de los All Blacks, John Mitchell.
Precisamente Mitchell está en el ojo del huracán en Nueva Zelanda, porque muchos lo consideran responsable de que su equipo, el orgullo nacional, no haya reeditado el éxito de 1987 al ganar el Mundial.
La leyenda del rugby "kiwi" Zinzan Brooke salió en defensa del técnico. "No creo que haya justificación para despedirlo", sentenció Brooke en la BBC. "Quería ganar el partido ante Australia más que nadie, y no sólo él es el culpable de que no se ganase".
Mitchell tiene que esperar ahora que los aficionados piensen igual que Brooke y no lo traten como a John Hart, el técnico del equipo que perdió en semifinales ante Francia en el Mundial de 1999. Una lluvia de críticas se abatió entonces sobre Hart, al que incluso recibieron con escupitajos a su regreso a casa.
El partido por el tercer y cuarto puesto se disputa mañana en Sydney, y es el penúltimo del Mundial. El torneo, de 44 días de duración, se cerrará el sábado con la final entre Australia e Inglaterra.