SANTIAGO.- Nada sonó mejor en los oídos de Jorge Valdivia que el llamado de Jaime Pizarro para que formara parte del plantel de Colo Colo. Después de un consagratorio año a préstamo en Universidad de Concepción, el maculino volvía al alero del entrenador que le había sugerido partir.
"La U de Conce me sirvió mucho. Estuve lejos de mi familia, tuve que independizarme, aprender a vivir solo, y también me gané una regularidad en la U de Conce, nominaciones a la Sub 23 y me sirvió mucho porque llegué a Colo Colo no como el que se había ido, sino como una petición de Jaime Pizarro, que tenía que estar acá y ese me deja muy contento, porque que el técnico te pida que vuelvas es un buen inicio para hacer bien las cosas", reconoce el volante.
Sin embargo, tuvo más de un problema para arribar al estadio Monumental, especialmente porque recibió ofrecimientos millonarios en el Campanil y Calama, dineros que no recibirá en Colo Colo. "Este año dejé a un lado la parte económica y prefiero mirar hacia adelante. Colo Colo es una buena oportunidad como para llegar a lo más grande, que es el fútbol de afuera. Con una buena Copa Libertadores, un buen campeonato y posibles nominaciones a la selección adulta se me abren muchas puertas. La plata que estoy peleando ahora a lo mejor más adelante, no significa nada".
Otra apuesta es quedarse en Macul hasta 2005, cuando finaliza su contrato, y después negociar por su cuenta: "De más que sí, voy a hacer valer el contrato, me quedan dos años. Pero si de aquí a fin de año hay una oferta, habrá que analizarla para ver si es conveniente para mí".
El "Mago" madura
En la Sub 23, Juvenal Olmos le dejó un encargo grande a Valdivia para la presente temporada: "Quiero saber si estoy capacitado para jugar con presión, para jugar en un equipo grande, para tener competiciones muy exigentes, así que con eso me estoy quedando".
Sucede que el volante de Macul reconoce que recién "en el Preolímpico me di cuenta de que hay torneos muy exigentes. En la Copa Libertadores es igual o superior la exigencia, son torneos donde tienes que estar concentrado los noventa minutos, porque el mínimo error significa que el rival haga un gol y a la larga te gane".
Algo por lo que el estratega de la selección criticó ácidamente a los anteriores entrenadores del jugador: "Lo que pasa es que cuando chico, como yo tenía condiciones técnicas, me llevaban un poco a relajarme en la otra parte. Fue un mal hábito que me hice y creía que con eso podía lograr las cosas fáciles".
"El año pasado me di cuenta que no, que había que trabajar para lograr grandes cosas y así había que hacer. Empecé a trabajar, a obedecer las instrucciones físicas, en la selección fue igual. Conversando con Olmos, me hizo ver muchas cosas que no entendía y creo yo que este es un buen paso para que logre esos objetivos que tengo".
Por último, el mediocampista asegura que le queda mcuho por aprender y que el camarín de Colo Colo es un lugar fudamental para hacerlo. "Si bien en la selección fui capitán y tenía repesto de mis compañeros, acá en Colo Colo tengo que ir de a poco. Ganándome un lugar entre los citados y aprendiendo de ellos, de un Miguel Ramírez, campeón de Copa Libertadores; Marcelo Espina, jugador de mil batallas y David Henríquez, que le da experiencia a la última línea. Con buenas actuaciones en la cancha, ese respeto se puede dar".
