MELBOURNE.- El ruso Marat Safin (86º de la ATP) y el suizo Roger Federer, segundo cabeza de serie, protagonizarán este domingo en Melbourne una soñada final de la edición 92 del Abierto de Australia de tenis.
Safin, que en 2000 fue número uno mundial con apenas 20 años, enfrentará a un Federer que, con 22, pasó a ocupar el primer puesto al vencer en semifinales al español Juan Carlos Ferrero.
La final del domingo enfrentará sin duda a los mejores jugadores del momento, capaces de brillar en todas las superficies y hábiles para todos los golpes posibles.
Pero si ambos poseen dos extraordinarios talentos naturales, el ruso tiene más potencia y un mejor revés, y el adversario sabe el riesgo que corre si va sobre su izquierda porque su devolución cruzada es excepcional.
"Difícil de subir a la red cuando se sirve porque es muy fuerte en devolución de ambos lados. Particularmente sobre este terreno", evaluó Federer.
Safin, que alguna vez tuvo tendencia a enojarse, ahora logra mantener el control, al punto que sólo rompió una raqueta desde el comienzo del torneo. En lugar de enojarse, el ruso mantiene una estrategia, como cuando dejó pasar el cuarto set durante su semifinal contra el estaodunidense Andre Agassi para sorprenderlo en el quinto. Si Safin antes cometía doble faltas, con Agassi logró 33 aces sin un sólo error.
Todos concuerdan en que la final del domingo será formidable, empezando por Safin: "Federer tiene mucho talento y se tendrá plena confianza. Voy a tener que desconfiar. Vamos a jugar muy bien", dijo el ruso.
"Marat es un tipo simpático y siempre hicimos grandes partidos uno contra otro. Esta final es importante para los dos", subrayó por su parte Federer.
En al historia de sus encuentros, el suizo cuenta tres victorias consecutivas en 2001 y 2002 sobre polvo de ladrillo. El último partido, sobre la superficie sintética de Moscú en 2002, fue para Safin.
Ambos jugadores demostraron en Melbourne que saben dar lo mejor de ellos cuando hace falta. Es ahora o nunca.