SANTIAGO.- La única excusa que Reinaldo Sánchez, presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional, fijó como causal de despido del técnico de la selección chilena de fútbol, Juvenal Olmos, ya está en la mesa de "negociaciones". Y por eso la salida del entrenador esta tarde parece irreversible.
Sánchez, según fuentes cercanas a la ANFP, desmintió todos lo que Olmos dijo anoche a radio Agricultura y Megavisión. El timonel del fútbol chileno espera conseguir la grabación de la conversación telefónica que tuvo con el entrenador nacional, con el objetivo de desmentir los dichos de Olmos y así esgrimir la excusa para despedir al ex técnico de Unión Española y Universidad Católica: la falta de respeto.
Porque para el presidente de la ANFP "es una falta de respeto que Juvenal haya mentido sobre la conversación que tuvieron ayer", dice un personero allegado a la testera de la asociación que maneja el balompié chileno.
Sin embargo, todo pasa porque Sánchez consiga la grabación de lo conversado con Olmos. De lo contrario, no podrá demostrar la "falta de respeto" y el despido no podría hacerse efectivo.
Ya lo dijo a fines de marzo, cuando por enésima vez se le consultó por una eventual salida anticipada del entrenador: "(Juvenal) Olmos no será despedido a menos que me falte el respeto directamente".
Atrás quedó la idea de Sánchez en el sentido que Olmos termine lo que empezó. Para bien o para mal. "Él es nuestro técnico y hay que terminar lo que empezó. Todos se quejan de que los procesos no se respetan. Este se respetará", dijo el presidente de la ANFP el 31 de marzo.
Y agregó tras los duelos con Uruguay y Paraguay: "No sé porqué le preguntan tanto a Juvenal si quiere renunciar o si lo hará, porque yo no creo que lo piense. Lo que más le dije a Juvenal es que hay que recuperar la unión perdida".
Pero esa "unión" se perdió definitivamente. Y la parte económica no es tema. La ANFP debería cancelarle a Olmos cerca de 120 millones de pesos por el término anticipado del contrato que los une, y Sánchez no tiene empacho en decir que se los pagará si deciden echarlo.
Todo se sabrá a las 16 horas en el Hotel O'Higgins, quizás más rápido de lo que todos piensan.
