PARÍS.- El mito dijo adiós. Después de más de cuatro décadas en el cargo, el técnico del Auxerre, Guy Roux, abandonó el banquillo del club en el que inició su carrera como entrenador en 1961, un día después de que su equipo ganara la cuarta Copa francesa bajo su mando.
Roux, de 66 años, estuvo al frente del equipo durante 42 temporadas, de ellas 23 en la primera división, sin sufrir nunca un descenso.
"Voy a retirarme. Estuve pensando en ello durante varias semanas y creo que es mejor dejarlo con una victoria antes que con una derrota. Todas las señales están en verde, las cuentas en orden y tuvimos una buena temporada. Es el momento de dejarlo", dijo el genial entrenador en la televisión gala.
Roux condujo al Auxerre al "doblete" con la consecución de la liga y la Copa en 1996 y estuvo a punto de abandonar cuando su equipo ganó la Copa francesa en 2003 ante el Paris Saint Germain gracias a un postrero gol.
Precisamente, el sábado fue de nuevo un tanto en los últimos momentos el que le dio el título copero ante el Sedan, de la segunda división.
"Esperaba que Guy se quedaría al menos otra temporada, pero se anticipó a la decisión de los médicos y yo respeto su decisión", dijo el presidente del club, Jean-Claude Hamel. "Pensamos que el día nunca llegará y de repente llega. Sin él, el Auxerre y todo lo que conlleva nunca más estará ahí", añadió.
Roux representó un papel clave en las carreras de varios grandes jugadores retirados y en activo, como Eric Cantona, Basile Boli, Laurent Blanc, Enzo Scifo, Djibril Cisse, Philippe Mexes o Jean-Alain Boumsong, entre otros.
El técnico se tomó un año de descanso en 2000 después de superar una operación de corazón, pero volvió al banquillo del Auxerre, con su característico gorro de lana, apenas un año después. Pese a que su primer salario, como jugador-entrenador en 1961, fue de 400 euros (489 dólares) al mes, Roux deja el fútbol como toda una institución.
"Estoy orgulloso de él y feliz de honrar lo que hizo por el fútbol francés y el Auxerre", le alabó Boli.
Autoritario, testarudo y con fama de tacaño, Roux tomó a su cargo el club de una ciudad de 40.000 habitantes y lo subió de las profundidades de la cuarta división hasta la máxima categoría, donde no sólo lo mantuvo hasta ahora, sino que lo clasificó en 16 ocasiones para competiciones europeas.
"En los primeros años de mi carrera siempre estaba quejándome", reconoció Roux, famoso por sus enfados. "Estoy orgulloso de haber ganado cuatro Copas francesas. En los últimos diez años, ganamos tres, lo que significa que los otros siete años dejamos a los otros 6.000 equipos una oportunidad", bromeó. "Pero antes de ganar una, perdí 30", afirmó.
"Uno no sabe cuándo se acaba el amor. Pero ahora me estoy haciendo viejo y quiero dejarlo antes de morir. Hay una batalla que no se puede ganar y esa es la batalla contra el tiempo", explicó el ya ex técnico, que se centrará ahora en su actividad como comentarista televisivo.
El Auxerre todavía no anunció a un sucesor, pero sea quien sea, tendrá difícil llenar el vacío de Roux.
