ROMA.- Michael Schumacher puede comenzar a despedirse definitivamente del título tras cinco años de reinado en la Fórmula 1, con una Ferrari que ahora sólo aspira a ganar al menos el 4 de septiembre en el autódromo italiano de Monza.
"Esperemos poder ganar antes, pero el objetivo es escuchar el himno de Italia en Monza", dijo resignado Luca Cordero di Montezemolo, presidente de Ferrari, decepcionado por su nuevo fracaso en el Gran Premio de Inglaterra.
"Me gustaría seguir compitiendo por el título, pero la esperanza se hizo más distante después de Silverstone", admitió el propio Schumacher, sexto en la carrera que ganó el colombiano Juan Pablo Montoya (McLaren).
Antes que en Monza, Schumacher querría ganar la próxima carrera del 24 de julio en su país, en Hockenheim, pero el campeón mundial parece aún más pesimista que Montezemolo.
"No somos lo suficiente veloces como para ganar una carrera, hay que ser realistas", dijo Schumacher en su web personal.
El domingo en Silverstone él terminó en su peor puesto histórico en el circuito inglés, mientras que el español Fernando Alonso (Renault), llegó segundo y fortaleció su liderazgo en el campeonato.
Aún ganando las ocho carreras que restan, Schumacher podría no salir campeón sólo si Alonso sale tercero en todas ellas.
El año pasado, a esta misma altura, Ferrari tenía 100 puntos y Schumacher había ganado 10 de 11 carreras, pero la escudería italiana tiene ahora 74 puntos (contra 102 de Renault) y Schumacher 43 (contra 77 de Alonso), tras ganar sólo en Indianápolis, una carrera penosa con apenas seis máquinas en pista.
Schumacher fue campeón de la F-1 de 2000 a 2004, cinco títulos consecutivos, mientras que Ferrari reinó en la Copa de Constructores de 1999 a 2004, una hegemonía que, según los especialistas, ha llegado a su fin, pese a que las matemáticas aún otorguen posibilidades de triunfo.
"La palabra del día es no rendirse", afirmó Ferrari en Maranello, en su briefing tradicional de los lunes poscarrera, acaso para disimular el paso atrás que significó Silverstone.
Las Ferrari de Schumacher, y también de Rubens Barrichello y sus neumáticos Bridgestone, sufrieron claramente cuando recargaron combustible, casi dos segundos más lentos que el McLaren del finlandés Kimi Raikkonen, al que superaban poco antes.
Pero Ferrari, que mañana iniciará cuatro días de trabajo en Le Castellet, primero con el español Marc Gené, "no tiene sólo un problema de neumáticos, el problema es el paquete entero", según admitió el director deportivo Jean Todt.
Todt descartó que la debacle de Ferrari se deba a una baja en la prestación de Schumacher y, por lo contrario, replicó que si el alemán se hubiese retirado tras 2004 la crisis actual habría sido atribuída por muchos al "retiro" del piloto alemán.
