MILAN.- El defensor camerunés Pierre Wome afirmó hoy que "podría haber muerto" a raíz de la furia de sus compatriotas que destruyeron su casa y su automóvil, luego de que malogró un penal que dejó a su selección afuera del Mundial.
"Podría haber terminado realmente mal, querían y podían matarme, pero yo soy un duro y no le temo a la muerte, pero sí a la seguridad de mi gente", dijo Wome, al regresar a Italia, para reincorporarse al Inter.
Wome, de 26 años, expresó también su fastidio hacia su compatriota Samuel Eto'o por haberle asegurado a la prensa que él estaba dispuesto a ejecutar el penal, pero que se lo cedió al defensor luego de que éste se lo pidió.
"Es mentira. No hablamos en la cancha, pero yo me di cuenta que él (Eto'o) y el capitán no estaban bien. Y entonces fui yo a ejecutarlo, porque yo figuro dentro de la lista de los que tiran los penales", expresó Wome.
Wome estrelló su tiro en un poste, a los 94' del partido que Camerún terminó empatando 1-1 el sábado ante Egipto, quedando afuera de Alemania 2006 después de haber jugado en los últimos cinco Mundiales.
El fiasco de los "Leones Indomables" permitió a su vez la clasificación de Costa de Marfil al Mundial alemán.
"Tiraría otra vez el penal y lo haría también con Inter. Si llega la ocasión se lo pediré a mis compañeros", agregó Wome, cuya casa y automóvil fueron destrozados por fanáticos en Yaoundé, lo mismo que la peluquería de su novia.
El caso de Wome, quien sí participó con éxito en la serie de penales que permitió a Camerún ganar la final de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, ante España, remitió al de otros futbolistas que pagaron aún más caro sus errores en el campo.
Jugadores de Irak, cuya selección fue cuarta en los Juegos de Atenas 2004, revelaron que fueron torturados y hasta enviados al combate por el hijo de Saddam, Uday, por haber fallado en una clasificación mundialista.
La saga podría haber comenzado con la final del Mundial ’50, con el arquero brasileño Barbosa, quien falló ante un disparo uruguayo y su selección perdió en la final del torneo, el recordado ’’Maracanazo’’, que lo dejó como víctima principal.
Pero el caso tal vez más clamoroso ocurrió con el defensor colombiano Andrés Escobar, cuyo gol en contra dejó a su selección eliminada en primera rueda del Mundial de Estados Unidos 94, un repchoche que, luego, en una discusión callejera en su país, provocó su asesinato a balazos.
En otros países, las derrotas más humillantes provocaron otra clase de problemas, como la lluvia de tomates que recibió a la selección de Italia a su retorno del Mundial de Inglaterra 66, donde había sido eliminada por Corea del Norte.
