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Brasil ya viaja a Sudáfrica en busca de su sexto Mundial

Los pentacampeones fueron despedidos esta tarde por el Presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

26 de Mayo de 2010 | 16:47 | DPA
BRASILIA.- Arropados por el calor del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y de los hinchas, y calmada ya la controversia por los 23 elegidos por Carlos Dunga, la selección brasileña de fútbol se despidió de su país y vuela rumbo a Sudáfrica en busca de la sexta Copa del Mundo.

La armada brasileña partió en un vuelo desde Brasilia a las 17 (hora local) tras recibir, como es tradición, la bendición del presidente del país, en el Palacio da Alvarada, para que los Kaká, Robinho y compañía iniciaran la aventura africana con la determinación de añadir el Mundial de 2010 a las conquistas de 1958, 1962, 1970, 1994 y 2002.

Vestido de traje azul y camisa blanca, Lula y la primera dama Marisa Leticia (que lucía una camiseta de la selección con el número 2) fueron recibiendo uno a uno, en el jardin del Palacio da Alvorada (su residencia oficial), a los jugadores y miembros del cuerpo técnico antes de hacerse una rápida foto de familia y pasar al interior, donde el presidente les deseó buena suerte.

La "canarinha" deja atrás seis días de concentración a puerta cerrada en Curitiba (sudeste del Brasil), donde se han ido apagando los ecos de la polémica que se levantó el 11 de mayo cuando Dunga, el seleccionador, presentó una lista de convocados tildada de conservadora por su excesivo número de defensas y de la que quedaron fuera estrellas como Ronaldinho o Adriano.

Durante esos días, con la selección aislada en la férrea disciplina de un técnico que no le tiene miedo a lo que diga la prensa, los hinchas brasileños han ido sabiendo de la esperada recuperación de las molestias musculares de Kaká y Luis Fabiano, dos pilares indiscutibles de la armada brasileña.

Mucha disciplina y poco contacto con los jugadores antes del Mundial: Dunga impuso un blindaje que contrastó con la apertura y el desparpajo reinante en el Mundial anterior, en Alemania 2006, que fueron vistos como una de las causas de la temprana derrota en cuartos de final.

Para animar a los jugadores el martes llegaron a Curitiba cinco viejas glorias en representación de los cinco mundiales conseguidos: Pepe, Edu, Felix, Marcio Santos y Cafú.

"Hay un trabajo de tres años y medio. Resultados importantes, un equipo vencedor y jugadores unidos dentro del campo. Mi expectativa no podría ser otra: el título. Confío demasiado en este grupo y en el profesor Dunga", dijo Cafú, que estuvo con el ahora técnico en la exitosa campaña de 1994 en Estados Unidos.

Nada haría más feliz a Brasil, un país que vive con fervor religioso el fútbol y que se paraliza en época de Mundial.