Sharapova quiere concentrarse en su tenis.
Reuters
MELBOURNE.- La vida y el tenis son a veces extraños para Maria Sharapova. ¿O cómo definir las preguntas que recibe la rusa en su dura misión de volver a ser tomada tenísticamente en serio?
"¿Hay algún club hot ruso al que vayan juntas tú y Anna Kournikova?", le lanzó un periodista de la televisión neozelandesa durante el fin de semana. El hombre volvió a la carga hoy, tras el exitoso debut de Sharapova en el Abierto de tenis de Australia.
"Me llamaste un acosador el otro día", se quejó en plena rueda de prensa el periodista. "Sí", le respondió tensa Sharapova, número uno del mundo en 2005."¿Alguna vez tuviste problemas con un acosador?", repreguntó el neozelandés. "No hasta ahora", aseguró la rusa. "No sé por qué estás aquí, eso no debería haber pasado. Y hasta tienes un cartel...", añadió.
El cartel decía "no soy un acosador", aunque a juzgar por las preguntas planteadas por su dueño, la afirmación era discutible. "¿Alguna vez saliste de fiesta con Anna Kournikova?", había sido la pregunta inicial el fin de semana, apuntando a unir a la mucho más exitosa Sharapova con el símbolo sexual que fue Kournikova en el tenis de los 90.
Sharapova, que a sus 23 años tiene mucho tenis y mundo vistos, lo identificó enseguida: el hombre ya le había hecho preguntas extrañas la semana anterior en el torneo de Auckland.
"Oh Dios, ¡me estás acosando!", reaccionó Sharapova, incapaz de prever la respuesta de su interlocutor: "No es acoso cuando se ama a alguien". "Podría serlo levemente, creeme", contraatacó la rusa, que ironizó sobre el "club 'hot'" que integraría junto a Kournikova: "No sabía que formara parte de él".
Sharapova, una rubia de larguísimas piernas que la llevan hasta los 188 centímetros de altura, es conocida por su mirada de hielo y su escasa simpatía. Suele ser distante con la prensa, también con los aficionados.
