La tensa jornada que marcó la "continuidad" de Bielsa en la selección

SANTIAGO.- Era el día más esperado por todo el mundo futbolero chileno. Sergio Jadue lo había anunciado ayer: hoy estaría la respuesta definitiva de que si Bielsa se iba o no.

Muy temprano en la mañana, una fuente cercana a Harold Mayne-Nichols informó que el ex mandamás de la ANFP se reuniría con su sucesor. El motivo de la cita sería quemar los últimos cartuchos para poder asegurar que el DT se quedara.

Tal reunión nunca se llevó a cabo, ya que Harold quería que se hiciera en un sitio más privado, como en una de las dos casas, mientras que Jadue quería que se hiciera en un restaurant o lugar más público. No se pusieron de acuerdo y tal cita no se realizó.

Pasaban las horas y nada. Nadie sabía nada. Los periodistas de todos los medios se repartían, unos en Juan Pinto Durán y otros en Quilín. Los de Pinto Durán informaban que Juan Carlos Berliner, gerente de la selección de fútbol de la antigua administración y hombre de gran confianza de Bielsa, entraba y salía. Los rumores se acrecentaban.

En Quilín, nada. Pero a eso de las 14:30 horas todos en acción. Sorpresivamente Sergio Jadue hacía ingreso a las dependencias del “bunker” de la selección por una puerta trasera y se reunía con el rosarino. "Reunía", ya que el calerano no estuvo más de 10 minutos junto con el estratega nacional.

De vuelta en Quilìn y la cara del presidente era evidente. No habría sido muy fructífero el fugaz encuentro y ahora había que actuar y dar la tan esperada respuesta.

Una hora, dos horas y así avanzaba la tarde. A eso de las 16 horas Jorge Reyes, encargado de comunicaciones de la ANFP, informaba que “no en menos de una hora será la conferencia”. Y harta razón que tenía, porque pasaba el tiempo y nadie hablaba. El descontento era notorio en los periodistas, que durante todo el día habían estado apostados haciendo la guardia.

Pero un hecho particular despertaría a todos. A eso de las 17 horas, inesperadamente Jadue salía a caminar por los pastos de las canchas de la ANFP. Solo, con una cara que denotaba preocupación y desconsuelo. Cabeza agacha, manos en los bolsillos, como buscando alguna solución. A los pocos minutos se le sumó Mauricio Etcheverry, vicepresidente del directorio.

Ambos caminaron durante unos interminables 15 minutos. En sus rostros no había una mueca de sonrisas ni de alegría. Con esto, todos nuevamente a especular: Bielsa se va y esto se acaba.

Se pensaba que ya estaba todo definido, que se realizaría la tan anhelada conferencia, pero nada. El calor, el cansancio, las ansias y un poco de rabia empezaba a apoderarse de los medios. Las bebidas escaseaban, y la ventilación no era de las mejores. Todas las cámaras preparadas, micrófonos instalados, pero faltaba lo más importante, que llegara el interlocutor y hablara.

Ya bien avanzada la tarde, 19 horas, resurgían las esperanzas de que pronto se sabría algo. Berliner llegaba a la sede de la ANFP y la ilusión de que traía la tan esperada carta reanimaba los ánimos.

Pero tal carta nunca se redactó. El ex técnico de Newell's Old Boys mandó a informar que no mandaría ninguna respuesta por medio escrito. Es decir, todo seguía igual.

Ante la posible respuesta negativa de Bielsa, los nombres de reemplazantes salían a la palestra. Borghi, Pekerman y Alejandro Sabella. Este último empezó a agarrar cierta trascendencia, luego que se supiera que había renunciado a la banca de Estudiantes de la Plata.

Pasadas las 21 horas y no pasaba nada. Todos preparando sus informes para los respectivos noticieros y desde la ANFP solo atinaban a decir “ya viene, ya viene”. Hasta que llegó la hora. Sergio Jadue ingresa a la ya agolpada e irrespirable sala de conferencias y declara lo que todos esperaban: “Marcelo Bielsa se queda”, aunque los argumentos que se dan para confirmar su permanencia no son del todo congruentes.

Jadue se mostró nervioso, repitió una y otra vez que Bielsa no había respondido y que se remitía solo a su cumplimiento de contrato, es decir, el silencio otorga.

Esta historia continuará...