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Los refuerzos que le fallaron a Sampaoli y que le impidieron extender el gran momento azul

Doce nombres llegaron a la U en 2012, pero sólo uno pudo demostrar que fue un aporte: Junior Fernandes. Otros como Eduardo Morante, Luciano Civelli, Pedro Morales o Ezequiel Videla quedaron en deuda.

26 de Noviembre de 2012 | 11:53 | Emol

SANTIAGO.- Doce refuerzos trajo Universidad de Chile en el 2012, en la búsqueda de reinventarse en el éxito, tras un 2011 glorioso en el que el club conquistó el bicampeonato nacional y la Copa Sudamericana bajo el mando del argentino Jorge Sampaoli.

En el primer semestre llegaron Junior Fernandes, Roberto Cereceda, Paulo Garcés, Emilio Hernández, Pedro Morales, Raúl Ruidíaz y Eduardo Morante.

Mientras que para la segunda parte del año arribaron Enzo Gutiérrez, Luciano Civelli, Ezequiel Videla, Sebastián Ubilla y Waldo Ponce.

De esta lista, muy pocos pudieron ratificar sus pergaminos y la mayoría quedó muy en deuda, fallando a las exigencias de Sampaoli y la confianza de la dirigencia.

No dieron el tono

El principal fracaso de los refuerzos azules fue Eduardo Morante. El ecuatoriano, que costó US$ 2 millones de dólares, llegó para reemplazar a Marcos González a principios de temporada y fue una decepción total.

Llegó lesionado y nunca se pudo recuperar. Jugó apenas un partido en el primer semestre, en el cual se volvió a lastimar y sólo volvió en el segundo para jugar algunos partidos del Clausura (cuando actuaban los suplentes) y Copa Chile. Nunca convenció a Sampaoli (su principal aval) y partió del club antes del término del torneo.

Lo siguen en la lista Luciano Civelli y Pedro Morales. El argentino llegó para jugar por la izquierda, tras llamar la atención de Sampaoli en Copa Libertadores actuando por Libertad de Paraguay, pero también arribó lesionado al club y una pubalgia lo dejó fuera de acción. Sólo estuvo en tres partidos del Clausura y marcó un gol, más un par de cotejos internacionales.

Mientras que el volante dejó Croacia para volver a tomar continuidad y acercarse a la selección, pero a lo único que aspiró fue a conseguir un lugar en la banca ya que jamás convenció al DT y ni siquiera se acercó al nivel que lo llevó al Dinamo Zagreb en 2008. En torneos locales jugó 17 partidos y apenas señaló un tanto. En Copa Chile tuvo más acción, pero porque Sampaoli prefirió utilizar los valores que no ocupaba normalmente.

En esta misma línea aparecen Emilio Hernández, Ezequiel Videla y Waldo Ponce. El primero retornó a principios de temporada con el mismo objetivo de Morales, pero a diferencia de él alcanzó la titularidad e insinuó buenas actuaciones. Pero sufrió dos expulsiones prácticamente seguidas, lo que enfureció a Sampaoli, quien lo dejó partir a préstamo a Unión Española para el segundo semestre. Apenas jugó nueve encuentros, marcó un gol y recibió dos tarjetas rojas.

El volante, proveniente de Instituto de Córdoba y con el cartel de ser el mejor volante central del Nacional B argentino (la U le ganó el gallito a River Plate por su pase), nunca se pudo consolidar como reemplazante de Marcelo Díaz e incluso el joven Sebastián Martínez le ganó el lugar en el medio de la cancha. Para peor, siempre tuvo problemas físicos durante el semestre y terminó coronando su paso por los azules con una gravísima lesión de rodilla ante Unión. En el Clausura jugó 11 partidos y en duelos internacionales estuvo en cuatro pleitos.

Mientras que el zaguero mundialista llegó para el segundo semestre y pelear un lugar en la zaga. Sin embargo, nunca se pudo recuperar de la lesión del tendón de Aquiles que lo tiene hace más de un año fuera de acción. De hecho, intentó volver en un duelo de Copa Chile ante Santiago Morning, pero sólo duró 45 minutos y semanas después volvió a ser operado. Se espera su regreso para marzo.

Aprueban a medias

Dentro de esta lista se encuentran Paulo Garcés, Raúl Ruidíaz, Roberto Cereceda, Enzo Gutiérrez y Sebastián Ubilla.

El portero tuvo actuaciones esporádicas debido al gran nivel de Johnny Herrera. Sin embargo, cuando lo hizo respondió con firmeza. Jugó un sólo partido en el Apertura, los seis de Copa Chile, uno en el Clausura y otro decisivo por la Sudamericana ante Emelec en Ecuador, cuando fue clave en la clasificación reemplazando al titular, que no pudo viajar a Guayaquil debido a un tema judicial.

El peruano empezó como avión, pero terminó muy postergado. Jugó 24 partidos entre Apertura y Libertadores, marcando ocho tantos, todos en el ámbito local. Comenzó siendo alternativa en los segundos tiempos, pero con el correr de los partidos perdió consideración tras la explosión de Ángelo Henríquez y partió a mitad de año.

El lateral llegó como opción alternativa a Eugenio Mena y si bien nunca pudo consolidarse en el once, pudo actuar en 46 partidos oficiales en todas las competencias, siendo un valor fundamental para Sampaoli cuando debió reemplazar a un titular.

Mientras que Gutiérrez y Ubilla sólo rindieron a cuentagotas. El ex O'Higgins fue el máximo goleador azul en el Clausura (siete goles en 17 partidos), pero falló en los duelos clave. Además, en la Sudamericana marcó el tanto de la clasificación ante Emelec y anotó dos veces en cuatro encuentros, pero aún no terminó de convencer. Mientras que el ex Wanderers padeció una lesión que lo dejó fuera buena parte del semestre. Anotó cuatro veces en 10 encuentros, pero en la fase internacional no convenció y sólo llegó a la red una vez en cuatro pleitos.

El único que se salvó

Sin duda que el refuerzo del año en la U fue Junior Fernandes. El moreno llegó como uno más y se fue por la puerta grande. Marcó ocho goles en 17 partidos en el Apertura y además señaló seis en 11 encuentros en la Libertadores, siendo traspasado al Bayer Leverkusen en US$ 6 millones a mitad de temporada. Fue la excepción entre tantos intentos fallidos por reinventar a la U ganadora de 2011.

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