Salas hoy disfruta su presente.
PhotosportMENDOZA.- La carrera de entrenador de Mario Salas ha dado un salto cualitativo en un año y medio. Desde ser un perfecto desconocido como director técnico a mediados del 2011, ha pasado a ser uno de los más destacados del medio por su gran trabajo en Barnechea y ahora en la selección Sub 20.
Este recio ex volante defensivo, que supo defender con éxito las camisetas de Everton, Unión Española y Colo Colo, además de disputar cinco partidos con la selección adulta nacional, forjó su camino como DT poco a poco.
El propio Salas reconoce a dos hombres como sus espejos al momento de forjar su personalidad como conductor. Primero el de Gustavo Benítez, entrenador paraguayo que lo dirigió en el Cacique; y segundo, a Nelson Acosta, el uruguayo a quien acompañó como ayudante técnico en Everton y donde ejerció también como adiestrador de las divisiones menores viñamarinas.
El “planificador” Benítez
El nacido en Viña del Mar destaca de Benítez su planificación y forma de encarar los partidos, además de los detalles mínimos que hacen la diferencia. El ex defensor de Olimpia estudiaba hasta la referencia más minúscula para encarar a su rival, tenía una videoteca donde archivaba los secretos de sus oponentes, lo cual atesoró Salas.
Además, de ese plantel que dirigió el guaraní entre 1995 y 1998 en los albos, han surgido muchos entrenadores actuales del medio local. Tal es el caso de José Luis Sierra, Fernando Vergara, Marcelo Espina, Marcelo Barticciotto, Ivo Basay, Héctor Tapia y Pedro Reyes (ayudante del “Coto” Sierra” en Unión Española).
Para seguir esa ligazón, dio sus primeros pasos como asistente en el fútbol profesional acompañando a Gualberto Jara, el compatriota ayudante de Benítez en los tiempos de Colo Colo. Lo hizo en Universidad de Concepción en 2005 y 2006.
Más tarde, fue el ayudante del propio Espina en Unión Española en 2008 sin mayor suerte y finalmente, hizo lo propio con el uruguayo Nelson Acosta en Everton, donde fue recopilando los planteamientos que ocupa dentro de la cancha.
Acosta, el “motivador”
Salas también reconoce al “calvo estratega” como uno de los hombres que más lo marcó en su trayectoria en el fútbol. Tanto como jugador y entrenador, porque el charrúa lo dirigió en Unión Española y en la selección nacional.
Destacó el trato cercano con el jugador y la forma de motivar al futbolista, uno de los hechos que han sido fundamentales en la actual Sub 20, un factor que los propios jugadores destacan como fundamental para el buen rendimiento del equipo.
Fiel a sus convicciones de no cambiar nada, el ex volante dio un claro ejemplo de su personalidad el miércoles pasado. Pese a que Mendoza estaba siendo azotado por una fuerte tormenta, Salas no se amilanó y determinó que la práctica se realizara igual bajo la lluvia. Cumpliendo una de sus premisas, nunca mirar hacia atrás y siempre ir hacia adelante, un hecho que reconocen dentro de la “Roja” menor que nunca va a transar.
“Nuestro estilo no va a cambiar, vamos a seguir de la misma forma. Las normas tampoco, ya están establecidas”, sentenció con claridad.
La concreción
Tras partir de los “oro y cielo”, Salas tomó el desafío de Barnechea a mediados del 2011 y desde entonces comenzó su plataforma hacia el estrellato. El equipo metropolitano estaba en la medianía de la tabla y lo llevó al ascenso a la Primera B, un hecho inédito en la historia del club.
Al año siguiente rozó la historia, porque el elenco que ocupa los colores de Boca Juniors y Everton estuvo a un paso de subir a Primera División, con un plantel lleno de jóvenes sin experiencia, pero al que les entregó su sello futbolístico: Buen juego por abajo, presión constante en todos los sectores de la cancha y correr hasta el último balón.
Ese modelo de planificación y juego llamó la atención de la ANFP y fue reclutado para dirigir a esta Sub 20 tras la partida de Fernando Carvallo. Y en este Sudamericano está rindiendo a gran nivel, aunque ahora tendrá la prueba final con el objetivo de conducir a Chile al Mundial de Turquía, para validar lo aprendido de sus maestros.