Tiene todo claro.
EFEMADRID.- Kimi Raikkonen parece otro en los primeros tests de la temporada en la Fórmula 1. De buen humor, sonriente y con ganas de hablar, el piloto finlandés confiesa que no odia a nadie, pero advierte de que no ha perdido su instinto asesino de campeón.
"Yo no odio a nadie, pero tampoco soy el mejor amigo de nadie", dijo el piloto escandinavo en una entrevista con dpa durante los ensayos en el circuito español de Jerez de la Frontera.
"No obstante, al final tampoco hay ninguna diferencia en el hecho de contra quién se compite. Uno quiere derrotarlos a todos", añadió.
El sol del sur de España parece haber derretido algo el caparazón de hielo de Raikkonen, conocido como "Iceman" por su frialdad. Cuando el piloto concede una ronda de entrevistas, el equipo Lotus pide a los periodistas que lleguen antes a la cita, porque sus respuestas son tan cortas que el horario puede adelantarse notablemente.
Pero en Jerez, el finlandés está distendido y habla como pocas veces sobre sus emociones o deseos para 2013.
"Mi objetivo está muy claro: estar delante desde el principio", aseguró el piloto, que sorprendió en 2012, su año de regreso, al terminar tercero por detrás del alemán Sebastian Vettel y el español Fernando Alonso.
Raikkonen admitió que es amigo de Vettel, pero que cuando se trata de competir, la amistad no importa.
"Sí, somos amigos. Pero cuando uno corre una carrera, eso sencillamente no importa", señaló el volante de Lotus.
Raikkonen, quien fue campeón del mundo con Ferrari en 2007, considera que para un piloto de carreras las victorias son imprescindibles.
"Probablemente nunca serás realmente feliz si no ganas. Y cuando has ganado una vez, siempre quieres más, también el Mundial", advirtió el finlandés de 33 años.
"Desgraciadamente ahí fuera hay un par de muchachos más que quieren exactamente lo mismo. No es fácil. Hay que empezar bien y mejorar continuamente", explicó.
Después de dos años compitiendo en rallies, Raikkonen logró siete podios en 2012, entre ellos una victoria en Abu Dabi, donde lanzó a su equipo a través de la radio una de las frases que le han dado fama de arisco: "Déjenme en paz. Sé lo que estoy haciendo".
"Eso es pasado", dijo a dpa el finlandés, que sin embargo no descarta que en el futuro vuelva a reaccionar así. "Cosas así habían pasado ya antes y probablemente en algún momento volverán a pasar".