ADDIS ABEBA/ASMARA.- Pese al embargo de armas que la ONU decretó anoche contra Etiopía y Eritrea, ambos países prosiguieron hoy la guerra que los enfrenta desde hace dos años, y se estima que unas 200 mil personas debieron huir de Eritrea a raíz del conflicto, informaron voceros gubernamentales en Asmara.
Tropas etiopíes lograron conquistar durante la noche la estratégica ciudad de Barentu, en el oeste de Eritrea, después de tres días de asedio y fuertes combates.
"Quien pierde Barentu pierde el oeste de Eritrea", afirmó triunfante un portavoz del gobierno etíope.
Barentu se encuentra en la principal vía de comunicación de la región, a través de la cual el ejército eritreo transporta sus reservas.
La radio estatal en Asmara, monitoreada desde Addis Abeba, informó que las tropas de Eritrea efectuaron un repliegue táctico desde Barentu.
Según el Ministerio de Relaciones Exteriores en Addis Abeba, las fuerzas aéreas etíopes realizaron numerosos ataques contra puntos eritreos. Todos los aviones regresaron indemnes a sus bases, agregó la cancillería etíope.
Anoche, el Consejo de Seguridad de Organización de Naciones Unidas (ONU) decretó en Nueva York un embargo de armas contra estos dos países africanos, que desde hace dos años combaten por una árida franja de tierra fronteriza.
La sanción está limitada a doce meses, pero puede ser revocada antes bajo la condición de que ambos países resuelvan su disputa fronteriza de forma "definitiva y pacífica".
Si después de un año, las partes no han solucionado el conflicto, el gremio de la ONU se reserva el derecho de ampliar las sanciones por un año más.
El embargo de armas, municiones, vehículos militares y partes de recambio fue decretado de forma unánime por los quince países del Consejo de Seguridad.
Rusia, el mayor proveedor de armas en este conflicto, consiguió imponerse en su demanda de no decretar un embargo indefinido, aunque cedió en que el plazo fuera fijado en un año.
