ADDIS ABEBA.- Los Ejércitos de Etiopía y Eritrea libran una gran batalla por el control de la zona fronteriza central de Zalambesa que, según los observadores, podría convertirse en la más sangrienta de la guerra que mantienen desde hace dos años.
Los combates son descritos por fuentes militares de fuerte intensidad, ya que ambos países utilizan la artillería pesada, morteros, ametralladoras y hasta la aviación, además de las decenas de miles de soldados apostados en las trincheras de ambos bandos.
La masiva concentración de tropas en la disputada zona limítrofe entre los dos países hace temer que el número de víctimas de este enfrentamiento sea muy elevado.
La portavoz del Gobierno etíope, Selome Taddesse, aseguró ayer, martes, en un comunicado que las tropas de ese país "destruyeron varias trincheras eritreas y capturaron estratégicas e importantes posiciones".
Sin embargo, el portavoz del Gobierno eritreo, Yeman Ghebremeskel, negó tales afirmaciones y apuntó que tres aviones de combate etíopes fueron derribados.
La batalla de Zalambesa constituye el principal objetivo del Ejército etíope, que intenta recuperar ese territorio arrebatado por Eritrea tras el estallido de la guerra entre ambos países en mayo de 1998.
En los últimos días las tropas etíopes han tomado posiciones en los alrededores en un intento de aislar Zalambesa de la capital eritrea, Asmara.
El propio Primer Ministro etíope, Meles Zenawi, en un encuentro ayer con diplomáticos extranjeros acreditados en ese país, anunció que su Ejército estaba a punto de tomar Zalambesa y señaló que podría asumir el control de esa zona en 24 horas.
La zona de Zalambesa, situada a algo más de un centenar de kilómetros de Asmara, es una de las tres zonas disputadas por los dos países del Cuerno de Africa.
El presidente eritreo, Isaías Afeworki, reconoció anoche, en la víspera de los actos de conmemoración de la secesión del país, en un discurso en pleno centro de Asmara, que su Ejército atraviesa "dificultades", pero consideró que eso forma parte de "los altos y bajos" de una guerra.
Eritrea, con su Ejército en retirada acosado por las tropas etíopes que controlan ya extensas zonas del oeste de su territorio, conmemora hoy el día de la independencia que, paradójicamente, le fue concedida en 1993 por ese país.
Afeworki aprovechó para hacer un llamamiento a la comunidad internacional para que condene a Etiopía por haber invadido en los últimos días zonas de su país que no forman parte de los territorios en disputa, y pidió ayuda para atender a los cientos de miles de desplazados y de refugiados de los últimos combates.
Mientras, representantes de la Organización para la Unidad Africana (OUA) y de la Unión Europea (UE) intentan mediar para que ambos países cesen los combates, que han causado en dos años decenas de miles de muertos y heridos, además de enormes pérdidas económicas y materiales, y discutan una salida pacífica al conflicto.