NUEVA YORK.- Un antiguo empleado del restaurante "Wendy's", en el barrio de Queens, ha sido detenido hoy, viernes, como presunto implicado en la masacre que se produjo en ese local durante la noche del miércoles, informó la policía.
Cinco empleados fueron asesinados a sangre fría y otros dos resultaron heridos de gravedad después de que dos hombres irrumpieran en el local nada más cerrar sus puertas al público y dispararan sobre ellos.
La cadena local de televisión "NY1" informó de que Taylor fue arrestado en la localidad de Long Island después de una intensa búsqueda en la que participan alrededor de un centenar de detectives y numerosos efectivos policiales, que tratan de dar con el paradero de otro implicado en la matanza.
Taylor fue arrestado el 23 de junio del pasado año por un robo en un restaurante McDonald's, también en el barrio neoyorquino de Queens, donde hoy se produjeron conmovedoras escenas de dolor y donde numerosos vecinos y compañeros de las víctimas ofrecieron plegarias en su recuerdo.
Los investigadores descubrieron en el lugar del crimen huellas dactilares de Taylor, que trabajó por espacio de unos meses y hasta el pasado mes de octubre en el restaurante donde se produjeron los asesinatos.
Taylor, de 36 años de edad y de raza negra, está reclamado desde el pasado año por la justicia al no comparecer ante un Tribunal en la fecha indicada, mientras se encontraba en libertad condicional.
La policía de Nueva York ha reiterado un llamamiento a la ciudadanía para que ayude a descubrir a los autores del crimen y la compañía Wendy's ha ofrecido 50.000 dólares de recompensa y el Ayuntamiento de Nueva York otros 10.000 dólares a quien aporte pistas que permita detener a los autores del crimen.
Los asesinos amordazaron a los empleados, les ataron las manos a la espalda y les obligaron a tumbarse en el suelo boca abajo, y luego les dispararon con una pistola.
Uno de los heridos, Patrick Castro, de 23 años de edad, pudo quitarse las ataduras y llamar al número de urgencias para pedir ayuda.
Además auxilió al otro sobreviviente, Joaquine Johnson de 18 años de edad, quien se debate aún entre la vida y la muerte en un hospital de Nueva York.
Castro, que recibió un disparo que le atravesó las mejillas, fue trasladado a su domicilio en la noche del jueves y permanece bajo estricta vigilancia policial al estar considerado como el principal testigo de la matanza.
La policía encontró a cinco de las víctimas en una cámara frigorífica situada en el sótano del establecimiento y a los dos sobrevivientes en la zona de restaurante.
Todos han ensalzado el heroico comportamiento de Castro, de origen ecuatoriano, que además de dar la voz de alarma consiguió arrastrar a Johnson desde el sótano hasta la planta superior y salvar en ese momento su vida.
Las víctimas mortales son Ramón Nazario, de 45 años de edad; Anita Smith, de 22 años; Jeremy Mile, de 19 años; Jean August, de 27 años y Al Ibadat, de 40 años de edad.
Nazario, casado y con dos hijos, era oriundo de la localidad puertorriqueña de Manatí y trabajaba en el restaurante desde hacia tres meses. Su hermana Maritza, que también trabaja en el establecimiento, disponía del día libre cuando ocurrió la masacre.