BELFAST.- Líderes políticos de Irlanda del Norte condenaron el martes disturbios protagonizados por protestantes y un despliegue de guerrilleros armados, que avivaron las tensiones antes de una clave concentración en la volátil "temporada de marchas" de la provincia.
Peter Mandelson, ministro británico para la provincia, denunció como matonería la violencia registrada durante la noche del lunes al martes.
El funcionario dijo que la violencia fracasará en su objetivo de revertir una decisión de la Comisión de Desfiles, encargada de supervisar el proceso, de impedir que una marcha protestante atraviese una zona donde residen católicos.
"Nadie, mediante la fuerza de las armas, el uso de la violencia, mediante el atropello y la intimidación tendrá oportunidad alguna de cambiar la decisión (...) a la que yo, la Comisión de Desfiles o alguien más hayamos llegado", dijo Mandelson a los periodistas en Belfast.
El primer ministro de la provincia, el político protestante David Trimble, quien lidera una coalición gobernante en la que participan partidos católicos, se hizo eco de las críticas.
Pero Trimble no compartió los elogios de Mandelson por los esfuerzos de la Comisión de Desfiles para resolver la disputa en torno a la marcha anual del domingo 9 en Drumcree, escenario de violentos choques en años anterioers.
Las disputas en torno a las marchas han tendido una nube de incertidumbre sobre los esfuerzos para sellar la paz, después de 30 años de conflicto.
"Cualquiera que sean las decisiones que se tomen, no hay espacio para la violencia y los disturbios y los incidentes que hemos visto durante los últimos días", dijo Trimble.
Por segunda noche consecutiva se produjeron disturbios en Drumcree, en la sureña ciudad de Portadown, y otros incidentes en áreas donde residen protestantes de línea dura en Belfast.
"No debería haber espacio para eso, por nada. Esa no es la forma en la que se avanza ninguna causa", dijo Trimble.
