JERUSALEN.- En vista de la creciente presión en su propia coalición de gobierno, el primer ministro de Israel, Ehud Barak, adelantó hoy las "líneas rojas" que no piensa cruzar en las próximas negociaciones con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yassir Arafat, que tendrán lugar la semana que viene en Camp David, Estados Unidos.
Asimismó, Barak solicitó a los dos críticos más duros de su coalición no dejar la coalición.
Entre otros, Barak anunció que, en el marco del acuerdo con los palestinos, Israel "no retrocederá a las fronteras de 1967 (antes de la Guerra de los Seis Días)" y "no permitirá ningún ejército extranjero al oeste del río Jordán".
Jerusalén seguirá "unida" y "una absoluta mayoría de los colonos en asentamientos (judíos)" estará bajo soberanía israelí.
Además, Israel no asumirá "ninguna resposabilidad morar o legal por el problema de los refugiados (palestinos)".
Barak rechazó severamente las críticas formuladas por el ministro de Interior, Nathan Sharanski, de que iba a Camp David sin haber informado plenamente al resto de sus socios de coalición.
Scharanski anunció que dimitiría el domingo y que su partido, el de los Inmigrantes Rusos, abandonaría el gobierno. También el Partido Nacional Religioso prevé salirse de la coalición.
"Nadie puede esperar que en tiempos como éstos nosotros detengamos el proceso político de mayor importancia para este país, porque un ppartido u otro titubea o tiene dudas" dijo el jefe de gobierno. Barak empleó duros términos para referirse a los colonos judíos a quienes acusó de querer "desmembrar la nación".
"Ellos no son un obstáculo en el camino hacia la unidad de la nación", advirtió el político laborista.
