PARIS.- Francia celebró el viernes el primer Día de la Bastilla del Siglo XXI con un vasto día de campo catalogado como el mayor banquete del mundo al aire libre, que se extendió desde el Canal de la Mancha hasta los Pirineos.
Los organizadores esperaban que hasta 4,0 millones participasen en la gastronómica extravaganza, a pesar de los pronósticos de extensas y torrenciales lluvias y de temperaturas inusitadamente frías para esta época del año.
El "Incroyable Pique-Nique" (increíble picnic, según la grafía francesa del término inglés) siguió la línea del meridiano que atraviesa el territorio francés, comenzando por Dunquerque, en el norte, pasando por París y terminando en el meridional Prats-de-Mollo.
Un mantel a cuadros rojiblanco fue tendido a lo largo de las 337 comunas en la ruta y hasta 13.000 árboles fueron plantados durante los últimos ocho meses a lo largo de la línea del meridiano, como parte de las festividades francesas del Milenio.
En un país célebre por filosofar, el día de campo fue concebido como una actividad sencilla para unificar a la nación en el día en que Francia celebra la Revolución de 1789, que llevó al derrocamiento de la monarquía y la instauración de la república.
"No estamos sermoneando a nadie", dijo Gad Weil, quien primero propuso la idea del día de campo. "Estamos erigiendo mesas a través de Francia, en donde la gente podrá llegar a comer y beber, junto a otros. Este es un acontecimiento de tipo familiar, en una escala nacional".
Reavivado el meridiano francés
Las festividades arrancaron el jueves por la noche con equipos de relevos partiendo desde los dos extremos del meridiano, en una carrera de posta a través del país a pie, en motocicletas, autos y aviones.
El tráfico aéreo fue detenido en el aeropuerto Orly de París cuando la posta fue llevada a través de la pista, en un fiel seguimiento de la línea del ahora olvidado meridiano francés.
Esa línea fue abandonada en 1911, después de que París, con renuencia, reconoció que el mundo había adoptado el meridiano británico de Greenwich como la referencia obligatoria para la longitud de cero grados.
Mientras Gran Bretaña decidió conmemorar el nuevo milenio con un domo de entretenimiento erigido a un coste de 758 millones de libras esterlinas (1.140 millones de dólares), en Greenwich, que ha sido fustigado por la prensa y despreciado por el público, los franceses confían en que su acontecimiento meridiano será más exitoso.
La organización de la actividad costó apenas 50,5 millones de francos (7,21 millones de dólares) y se pidió a la ciudadanía llevar sus propias flautas de pan y vino y, apegándose a la tradición revolucionaria de fraternidad, compartirlas con todos los demás.
