WSHINGTON.- El candidato presidencial republicano, George W. Bush, ha resuelto un punto débil de su postulación al decidirse por Richard Cheney, ex jefe del Pentágono y experto en política exterior, como candidato a la vicepresidencia.
Desde que Bush, actual gobernador del estado de Texas, se aseguró la candidatura republicana, sus críticos señalaron que carecía de experiencia en política exterior y de la estatura política necesaria para llegar a la Casa Blanca.
Sin embargo, los analistas indicaron que con la designación del ex secretario de Defensa del gobierno de su padre, George Bush, el gobernador de Texas acallará esas críticas y enriquecerá con su experiencia a la candidatura republicana en las elecciones del próximo siete de noviembre.
"Cheney da peso a la fórmula republicana y es una fuerte señal a los aliados de Estados Unidos y a sus adversarios respecto a la seriedad de su candidatura", manifestó Scott Reed, director de campaña del ex senador republicano Bob Dole en los comicios de 1996.
La designación de Cheney ha sido confirmada por todas las fuentes republicanas el lunes, excepto por el propio candidato republicano, que dijo que hará el anuncio oficial hoy martes.
"Es un hecho", aseguró un alto dirigente republicano, quien pidió que no se le identificara.
Las candidaturas de Bush y Cheney a la presidencia y vicepresidencia de Estados Unidos deben ser confirmadas por la convención del Partido Republicano que comienza el lunes en la ciudad de Filadelfia.
Bush supera por un porcentaje mínimo en las preferencias del electorado a su rival, el demócrata y actual vicepresidente Al Gore, y todas las encuestas vaticinan que las elecciones de noviembre serán unas de las más reñidas de la historia política del país.
Cheney, de 59 años, fue el secretario de Defensa de George Bush y el principal orquestador de la Operación Tormenta en el Desierto en la que Estados Unidos encabezó una alianza internacional que puso fin a la invasión iraquí de Kuwait en la Guerra del Golfo en 1991.
Su nombre surgió durante el fin de semana después de que el general retirado Colin Powell, jefe del estado mayor de las fuerzas armadas durante la guerra del Golfo, indicase que no tenían fundamento los rumores de que aceptaría un nombramiento como candidato a la vicepresidencia.
Al intensificarse los rumores sobre su designación, Cheney pareció confirmarlos al cambiar su inscripción como votante del estado de Texas al de Wyoming para eludir una norma constitucional que prohíbe que un presidente y un vicepresidente sean del mismo estado.
Cheney fue representante del estado de Wyoming durante 10 años antes de servir como secretario de la presidencia durante la administración de Gerald Ford.
Al mismo tiempo, el ex secretario de Defensa anunciaba su posible renuncia al cargo de director ejecutivo de una empresa en Texas y se sometía a exámenes médicos en los que se confirmó que se encuentra en perfecto estado de salud, según dijeron canales de televisión.
Cheney tuvo dificultades de salud que lo llevaron a someterse a un desvío cardíaco cuádruple en 1988, pero "esos problemas no tienen ninguna relevancia ahora pues ocurrieron hace más de una década", según dijo Karen Hughes, la directora de campaña del gobernador de Texas.
La inminencia del anuncio sobre el candidato vicepresidencial republicano tuvo impacto en el partido demócrata, y Gore anunció ayer lunes que hoy se reunirá con el ex secretario de Estado Warren Christopher para ''analizar varias posibilidades'' sobre su compañero de fórmula.
Gore declinó dar nombres de posibles candidatos a la vicepresidencia por el Partido Demócrata "por respeto a las personas, hombres y mujeres, que estamos considerando", según explicó.
La candidatura de Gore y de quien designe finalmente como aspirante a la vicepresidencia será confirmada por la convención del Partido Demócrata que comienza en Los Angeles, California, el 16 de agosto.