BELEN..- La policía brasileña negociaba hoy en el corazón de la selva amazónica la liberación de 15 turistas secuestrados hace seis días por una tribu que exige la demarcación de sus tierras.
Un comando de 11 policías llegó el miércoles pasado a la reserva Terra de Baú, en el estado amazónico de Pará, donde indígenas de la etnia caiapó capturaron a un grupo de pescadores que invadió por error sus tierras ancestrales.
"Continúan las negociaciones. Estamos esperando", dijo un portavoz de la policía federal. "Nuestros hombres están aguardando la llegada a la zona de un representante de la Fundación del Indio (Funai) que llevará a los indígenas la palabra del Gobierno", agregó.
Los caiapó tenían inicialmente en sus manos a 19 rehenes. Tres fueron liberados por complicaciones médicas y uno logró escapar.
La fuente policial confirmó amenazas de muerte profesadas por los indígenas, aunque descartó que estén cerrados al diálogo.
"Ellos quieren la demarcación de la reserva y no lastimarán a nadie. Si aceptaron la presencia de la policía es porque quieren negociar", añadió.
Los caiapó son una nación indígena liderada por el cacique Raoni, que saltó a la fama a fines de la década de los '80 cuando el músico británico Sting le convirtió en símbolo de una campaña internacional para frenar la devastación de la Amazonia.
La demarcación de los 1,8 millones de hectáreas de extensión de la reserva Terra de Baú, hábitat de unos 4.000 indígenas, es una de las asignaturas pendientes de las autoridades brasileñas.
Según el Gobierno, existen documentos que demuestran el derecho indígena a las tierras, ricas en oro y maderas preciosas, pero los terratenientes del estado se resisten y el tema está empantanado en un limbo judicial.
"Esperamos una solución inminente", dijo el presidente de la comisión parlamentaria de la Amazonia, diputado Evandro Milhomem.
"Hay una actitud burocrática por parte de las autoridades, que durante muchos años han pecado de omisión. Falta voluntad política para solucionar el tema de fondo", dijo el legislador socialista.
Según versiones de prensa, el grupo sublevado está formado por medio centenar de guerreros caiapó, algunos de ellos armados con escopetas de caza.
"Queremos que nos garanticen que esta tierra es nuestra", dijo el líder de los secuestradores, Be-i Caiapó.
No hay comunicación con los secuestradores, ubicados a dos horas de barco de la aldea más próxima. Los contactos con las autoridades de Brasilia se realizan mediante mensajeros.
Fuentes de la Funai explicaron que las acciones de los caiapó no representan un acto de "violencia gratuita", puesto que reclaman su derecho ancestral a la tierra.
Hasta que la policía llegó a la zona, los rehenes estaban atados en el campamento en donde fueron capturados, sin agua y con escasos alimentos.
La Funai despachó el miércoles un avión con comida y agua potable para los turistas.