BUENOS AIRES.- El Presidente Fernando de la Rúa, en un inusual cambió de actitud, reclamó hoy jueves al Senado que investigue los informes sobre supuestos sobornos pagados por el gobierno a senadores para aprobar una reforma laboral resistida por los sindicatos peronistas.
"Es muy importante que se aclare, que se despeje, porque no hay nada peor que las versiones flotando que dañan a las instituciones", dijo De la Rúa.
El Presidente recibió la semana anterior a senadores peronistas, cuando arreciaban los informes sobre pago de dinero para la aprobación de la ley, y expresó su confianza en el Senado.
Pero ayer se reunió con el ex presidente Raúl Alfonsín, líder de la Unión Cívica Radical (UCR), quien le hizo saber su preocupación por los informes sobre corrupción y los observadores coincidieron en que a partir de eso cambió de actitud.
El vicepresidente Carlos "chacho" Alvarez dijo recientemente que si se confirman las versiones de que hubo sobornos a senadores opositores y oficialistas, esto indicaría "una crisis terminal" del sistema democrático.
Alfonsín, por su parte, dijo el lunes que estaba decidido a retirarse de la vida política, en caso de probarse la veracidad de las denuncias.
Con estos antecedentes, De la Rúa consideró hoy que la Comisión de Asuntos Constitucionales, que preside el peronista Jorge Yoma, debe "convocar a cada uno" de los supuestos involucrados a declarar.
Alfonsín confirmó hoy que se encuentra "menos sereno" que el Presidente sobre las consecuencias que pueden tener las versiones sobre corrupción.
"Yo no tengo tanta serenidad, no porque tenga la menor duda, sino porque considero que es dificilísimo seguir adelante con una sospecha así de la gente", declaró Alfonsín en un programa de televisión.
El rumor que circula en el Congreso involucra a senadores del oficialismo y la oposición además de funcionarios gubernamentales.
De la Rúa confirmó que se reunió con Alfonsín y dijo que coincidió con el ex presidente en "una preocupación común" por los informes que han tenido amplia repercusión en la prensa.
Alvarez divulgó anoche el contenido de un panfleto que llegó a sus manos, en el que se asegura que funcionarios del Gobierno habían repartido 10 millones de dólares a cambio de la aprobación de la reforma laboral, con lo cual le dio cierta credibilidad.
La reforma laboral fue aprobada hace dos meses después de una fuerte resistencia del sindicalismo peronista por considerar que está destinada a terminar con muchos de los poderes que tienen los dirigentes.
