SAO PAULO.- Veintiséis presos escaparon este jueves de la comisaría de Campinas (a 120 Km de Sao Paulo), episodio que eleva a tres el número de fugas en grupo ocurridas en los últimos 15 días en las comisarías de la región, informaron fuentes policiales.
Los presos se escaparon después de haber logrado hacer un agujero en uno de los muros de su celda que daba a la calle con precarias herramientas metálicas, sin que sus guardianes se dieran cuenta de nada.
En total, 117 detenidos se hacinaban en esta comisaría, que hacía las veces de cárcel y sólo tiene capacidad para 24 personas.
El pasado lunes, 12 presos se escaparon de la cercana comisaría de Santa Barbara d'Oeste, después de haber limado los barrotes de su celda y haber tomado como rehenes a dos guardianes. En este caso, la comisaría tenía capacidad para 24 detenidos, pero albergaba a más de 120.
Hace 15 días, 31 detenidos huyeron de la comisaría de Itapira, también en la región de Campinas, realizando un agujero en uno de los muros de su celda. Una vez más, el lugar tenía capacidad para 32 personas y acogía a 120 presos.
En Brasil, donde los presos llegan a 196.000, según cifras oficiales, 2,5 prisioneros ocupan el lugar de uno sólo, afirman fuentes de la Iglesia católica.
Desde 1997, fueron construidas 40 nuevas prisiones en el país, pero se necesitarían por lo menos 130 para hacer frente a la superpoblación carcelaria, según las mismas fuentes. Por otra parte, el hacinamiento en las prisiones es una de las causas de los motines en Brasil.
El episodio violento más reciente se produjo este jueves en la cárcel de alta seguridad de Papuda, cerca de Brasilia, en teoría uno de los más seguros del país. Por lo menos 11 presos fueron asesinados durante un ajuste de cuentas por el control del tráfico de drogas en la cárcel, según las autoridades penitenciarias.
