MURMANSK, Rusia.- Nuevos intentos de cuatro cápsulas para acercarse al submarino ruso que yace en el fondo del Mar de Barents fracasaron durante la noche y las esperanzas de salvar a 118 marineros atrapados dependían ahora más que nada de los socorristas extranjeros.
Equipos de Gran Bretaña y Noruega se apresuraban para llegar hasta el submarino Kursk, que gradualmente se hunde en el suelo arenoso del Mar de Barents desde el sábado.
El viernes fue señalado inicialmente por los socorristas como el día en que se agotaría el oxígeno del submarino averiado, pero el jefe de la marina, Vladimir Kuroyedov, dijo posteriormente que podría durar hasta la semana próxima.
"Cuatro cápsulas de rescate en el área luchan sin descanso para acoplarse con el Kursk", dijo un portavoz de la Flota del Norte en la base naval de Severomorsk. "Hasta ahora no han tenido éxito".
La televisión estatal RTR, transmitiendo en vivo desde las embarcaciones rusas en el área del accidente desde el jueves por la noche, mostró un mar en calma relativa el viernes y una pequeña cápsula de rescate de color anaranjado cuando era llevada a bordo para regargar.
El viceprimer ministro Ilya Klebanov, quien encabeza una comisión investigativa del gobierno, dijo el jueves tras una reunión maratónica de ocho horas en Severomorsk que la inspección de la proa del submarino revelaba extensos daños.
Agregó que esto podría ser el resultado de una colisión con algún objeto que aún se desconoce.
Klebanov explicó que muchos de la tripulación, que estuvieron enviando señales con golpes de metal hasta el miércoles, cuando todas las comunicaciones se interrumpieron, se encuentran en la sección frontral del submarino destrozada completamente por la colisión.
Sus palabras parecieron confirmar informes de prensa de que algunos miembros de la tripulación podrían haber perecido en el accidente del sábado.
La última esperanza para los marineros podría ser el avanzado equipo británico, cuya asistencia Moscú aceptó a regañadientes el miércoles después de rechazar repetidamente las ofertas de ayuda de Londres por cuatro días.
"Todo lo que queremos hacer es colocarnos en posisión y hace nuestro mejor esfuerzo para rescatarlos", dijo el comandante Alan Hoskins a bordo del barco madre Normand Pioneer que lleva al pequeño submarino LR5 hacia el lugar del accidente.
La misión británica no llegará al sitio hasta el sábado, pero Hoskins dijo que su equipo mantiene una pequeña esperanza: la noticia de que las compuertas del Kursk son compatibles con las del LR5.
DRAMA DEL KURSK PODRíA DESATAR CRISIS POLITICA
La prensa rusa ha atacado a los jefes militares por la inefectividad de las operaciones de rescate y la tardanza para aceptar la ayuda extranjera.
"La impresión es que se trata de una farsa en lugar de una operación de rescate. Queda una esperanza: la ayuda británica", dijo el viernes el periódico Nezavisimaya Gazeta.
El drama del The Kursk está también convirtiéndose en una crisis política para el presidente Vladimir Putin, cuya actitud de alejamiento impactó al mundo y a la prensa rusa.
Putin, quien había partido de vacaciones al Mar Negro el día del accidente, se ha mantenido misteriosamente silencioso en casi toda la crisis.
Solamente apareció brevemente en televisión en mangas de camisa el miércoles con otros dos funcionarios de alto rango para decir que la situación era crítica y que los militares habían hecho todo lo que podía hacerse.
"Los que se están muriendo en el Mar de Barents no merecen que nuestro estadista interrumpa sus vacaciones", dijo el diario Izvestia.
Otros periódicos se sumaron a las denuncias y criticaron a Putin por no dirigirse a la nación, regresar a Moscú y encargarse personalmente de la operación.