MEXICO.- El presidente electo Vicente Fox viaja esta semana a Estados Unidos y Canadá en busca de una nueva relación con sus enormes vecinos del norte que incluya fronteras abiertas y un fin a la inmigración ilegal.
Fox, quien al frente del Partido Acción Nacional derrotó hace seis semanas al gobernante Partido Revolucionario Institucional, poniendo fin a siete décadas de poder ininterrumpido del PRI, quiere ahora remediar la situación en la frontera más dispar de todo el hemisferio occidental.
Además desea proyectar una nueva imagen de su país ante la comunidad mexicano-estadounidense, con la esperanza de atraerlos de vuelta. Al mismo tiempo, quiere que Estados Unidos relaje algunos controles fronterizos y desembolse miles de millones de dólares en ayuda para el desarrollo.
Tras su histórico triunfo electoral, muchos mexicanos esperan que su visita sea un suceso emotivo y dramático parecido a la llegada de Fidel Castro al barrio neoyorquino de Harlem hace 40 años, cuando era un joven revolucionario barbudo.
El viaje de cuatro días, a comenzar el martes, incluye reuniones en Harlem y con la comunidad mexicana de Dallas, y encuentros con el primer ministro canadiense Jean Chretien, el presidente estadounidense Bill Clinton y los dos principales candidatos presidenciales estadounidenses: Al Gore y George W. Bush.
El historiador Lorenzo Meyer califica a Fox, un ex ejecutivo de la Coca Cola educado por jesuitas, de "populista de derechas". Fox se autocalifica de soñador, pero uno decidido a hacer sus sueños realidad.
Su sueño ahora es llevar a México a la par de Estados Unidos, de manera similar a como las naciones de la Unión Europea ayudaron a sus pares más pobres como Grecia y España a expandir sus economías mediante la eliminación de barreras arancelarias y migratorias.
Fox quiere que los mexicanos se entrenen para ocupar legalmente puestos de trabajo en Estados Unidos, en vez de permitir que crucen la frontera como ilegales en peligrosas travesías para trabajar como empleados mal remunerados.
Desea trasladar las maquiladoras de la zona fronteriza a zonas del interior, con el fin de repartir las oportunidades de empleo más equitativamente, y convencer a los mexicanos que viven en Estados Unidos a invertir al menos parte de sus ingresos en su país de origen.
Eso, sostiene Fox, ahorraría dinero a Estados Unidos para invertirlo en problemas más urgentes como la protección del ambiente en la frontera.
Estados Unidos desea que México tome medidas más enérgicas contra el tráfico ilegal de inmigrantes y para detener la ola migratoria a través de la frontera. Fox ha prometido combatir la corrupción y mejorar las fuerzas de seguridad, con lo cual confía en que el flujo de emigrantes se reducirá pronto.