WASHINGTON.- Defectos de diseño del Boeing 747, el primer jumbo jet de cabina ancha, contribuyeron a la explosión en el aire que destruyó el Vuelo 800 de TWA hace cuatro años, concluyó el miércoles la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos.
Tras la más costosa investigación de su tipo en la historia de la aviación, la junta, de cinco miembros, dijo que la causa probable del accidente fue una explosión en el tanque central de combustible, provocada por la ignición de vapores inflamables.
La junta no señaló con exactitud lo que provocó la explosión, pero dijo que la fuente más probable fue "un corto circuito fuera del tanque central que permitió a un voltaje explosivo entrar por los cables eléctricos vinculados con el dispositivo para indicar la candidad de combustible en el sistema", determinó la junta.
La junta descartó además una bomba o un ataque de misil como la fuente de la ignición y declaró "muy improbables" otras causas posibles, como meteoritos, rayos, electricidad estática o una bomba de combustible desperfecta.
Boeing, el mayor fabricante de aviones del mundo, había dicho a la junta que no encontró nada que apoyara la idea de que un "sistema eléctrico específico o componente del sistema indicador de la cantidad de combustible del 747-100 que indicara que el sistema inició una explosión de combustible en el aire".
"Ninguno de los componentes del sistema de combustible recuperados y analizados mostraron algún indicio de haber sido la fuente de ignición que inició el accidente", dijo la Boeing en un informe del 28 de abril después de su propia investigación de US$28 millones.
Todas las 230 personas a bordo del vuelo Nueva York-París perecieron en la explosión, cerca de las costas de Long Island, el 17 de julio de 1996, 14 minutos después de despegar del aeropuerto Internacional John F. Kennedy.
La junta atribuyó el accidente a "un concepto de diseño y certificación de que todas las explosiones del tanque de combustibles pueden ser prevenidas simplemente evitando todas las fuentes de ignición", una crítica a la Boeing y también a la Administración Federal de Aviación (FAA), que regula al sector de la aviación.
El director de seguridad de la Boeing, Ron Hinderberger, alabó a la junta por ayudar a identificar mejoras potenciales de seguridad, pero lamentó el tono "combativo" del informe.
La junta, un cuerpo independiente que investiga accidentes, pero que sólo puede hacer recomendaciones, a menudo critica a la FAA, una dependencia del Departamento de Transporte que ordena los cambios de seguridad y certifica el proceso de producción.
El presidente de la junta, Jim Hall dijo que el accidente fue causado por una cadena de acontecimientos "puestos en marcha años antes por la política de diseño y certificación del fabricante y la FAA".