TRIPOLI.- Los rehenes liberados por la guerrilla filipina, que viajaron a Libia para agradecer a Moammar Gadhafi por su mediación, abandonaron hoy esta capital, tras escuchar discursos contra Estados Unidos y sin ver al controversial líder libio.
Muchos esperaban que Gadhafi en persona recibiría a los seis extranjeros, procedentes de Francia, Alemania y Sudáfrica, quienes permanecieron en poder de los rebeldes musulmanes filipinos de Abu Sayyaf, y en cuya liberación el gobierno libio desempeñó un importante papel. Pero Gadhafi es impredecible.
Las francesas Marie Moarbes, Sonia Wendling y Maryse Burgot, el alemán Werner Wallert y la pareja sudafricana de Callie and Monique Strydom volaron el ayer a esta capital y escucharon un sinnúmero de discursos sobre las virtudes del líder libio en el sitio donde su hija adoptiva murió, en 1986 a consecuencia de los bombardeos de Estados Unidos contra Trípoli en represalia contra un ataque terrorista del que se culpó a Libia.
Algunos especialistas opinan que la intención de Gadhafi pudo ser que el grupo de caridad que dirige su hijo recibiera atención y subrayar así que Libia actuó por razones humanitarias para intervenir en la liberación de los secuestrados en Filipinas. El líder libio ha recibido acusaciones de haber utilizado la situación para allegarse la atención y ser favorecido por Occidente, luego de años de permanecer aislado, y de ser acusado de fomentar el terrorismo y la revolución.