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Escándalos marcaron constante en Gobierno de Fujimori

Pragmático e inflexible en sus decisiones, el presidente Alberto Fujimori estuvo acompañado a lo largo de sus dos gobiernos de escándalos y sonados éxitos contra el terrorismo y el narcotráfico que lo convirtieron en un líder latinoamericano.

17 de Septiembre de 2000 | 16:30 | NOTIMEX/ORBE
LIMA.- Pragmático e inflexible en sus decisiones, el presidente Alberto Fujimori estuvo acompañado a lo largo de sus dos gobiernos de escándalos y sonados éxitos contra el terrorismo y el narcotráfico que lo convirtieron en un líder latinoamericano.

Llamado el "Chino", Fujimori, de 62 años de edad, diez de ellos el poder, decidió anoche poner fin a su tercer mandato, convocar a elecciones generales y desactivar el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) que le dio triunfos pero también dolores de cabeza.

Supo sortear toda clase de crisis y salir airoso, pero la compra de legisladores opositores para lograr mayoría en el Congreso peruano y el caso del tráfico de armas jordanas a la guerrilla colombiana precipitaron su decisión de dejar, en el corto plazo, el poder.

Una de las más duras decisiones en la que le acompañó su asesor en temas de seguridad, Vladimiro Montesinos Torres, fue el autogolpe de Estado del 5 de abril de 1992, con el que disolvió el Legislativo e intervino el Poder Judicial para -según él- "poder gobernar".

Fujimori justificó el autogolpe al señalar que ambos poderes estaban infiltrados por el terrorismo y el narcotráfico y que hacían inviable gobernar un país con galopante hiperinflación del 7,650 por ciento y actos subversivos que costaron unas 25 mil muertes.

En 1994, el mandatario echó de Palacio de Gobierno a su entonces esposa Susana Higuchi, luego de que ésta denunció que Rosa Fujimori, hermana del gobernante, traficaba con ropa donada por Japón.

El jefe de la Nación contaba entonces con amplio respaldo popular y la gente lo llamaba cariñosamente el "Chino" por sus rasgos asiáticos, aunque en realidad es de ascendencia japonesa.

En tres entrevistas concedidas a Notimex el gobernante dijo que le gustaba ejercer el poder porque así podía servir a los más necesitados y negó ser un dictador o autócrata.

Fujimori tuvo en su primer mandato 1990-1995 sonados éxitos: derrotó a los grupos armados Sendero Luminoso (SL) y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), logrando encarcelar a unos tres mil miembros de esas agrupaciones que sembraron el caos en el país.

Entonces el nombre de Vladimiro Montesinos Torres, su asesor en el Servicio de Inteligencia Nacional, siempre estuvo presente.

A él se le atribuyó el desmantelamiento de SL y el MRTA y la captura de los principales líderes de ambos grupos, Abimael Guzmán y Víctor Polay, de manera respectiva.

El mandatario vio en Montesinos a un hombre muy inteligente que desmanteló varios grupos del narcotráfico y diseñó una estrategia para disminuir la producción de hoja de coca en el país, que bajó de 115 mil 300 hectáreas en 1994 a 38 mil 500 en la actualidad.

Estos éxitos permitieron al gobernante ganar ampliamente las elecciones de 1995 al ex secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, pero entre ese año y el 2000 ocurrieron demasiadas cosas que le restaron credibilidad.

Desde 1990 Montesinos Torres se convirtió en el "brazo derecho" y en la "niña de los ojos" de Fujimori, al grado que la crítica podía meterse con cualquiera de su equipo menos con el "Doc", como se conoce en los círculos militares al influyente asesor.

Fujimori salió al paso de las críticas cuando el narcotraficante Demetrio Chávez acusó a Montesinos de haber recibido 50 mil dólares mensuales para permitir el trasiego de droga.

También defendió a su asesor de acusaciones por violar los derechos humanos y de haber jefaturado el grupo paramilitar Colina, que entre 1992 y 1994 cometió varias atrocidades, como la matanza de nueve universitarios y 10 pobladores acusados de terrorismo.

Recientemente Fujimori anunció un relanzamiento del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), con Montesinos a la cabeza, y poco después éste último, en rueda de prensa con el gobernante, reveló el desmantelamiento de una red de traficantes de armas jordanas.

El tema, sin embargo, trajo más problemas a Fujimori por una serie de desmentidos de Colombia y la aseveración de Jordania de que las armas que fueron a parar a la guerrilla colombiana habían sido vendidas a oficiales del Ejército.

Pero la estrepitosa caída de Montesinos, quien ayudó a Fujimori a constituir un verdadero poder en Perú, inició el jueves pasado.

Ese día se difundió un video en el que el poderoso asesor, vinculado a la agencia central de inteligencia de Estados Unidos (CIA), aparece pagando 15 mil dólares al congresista Alberto Kouri, quien dejó la oposición para sumarse al oficialismo.

Durante tres días Fujimori guardó silencio y anoche, en un sorpresivo mensaje a la nación, anunció la desarticulación del SIN, con lo que se alejó a Montesinos de todo vínculo con el gobierno.

"Esa fue la única forma como Fujimori pudo desprenderse de Montesinos. El (mandatario) le dijo o te vas tú o me voy yo y ambos se irán del poder", dijo el comentarista del influyente canal "N" de la televisión peruana, Jaime D'Althaus.

La crisis en el gobierno inició poco antes de los comicios del 9 de abril pasado, cuando se descubrió que un "partido verde", en el que participaron los militares, logró hacer una campaña en favor de la re-reelección de Fujimori.

Sin importar las medallas al pecho, la barras o las charraterras, muchos jefes militares fueron descubiertos por la prensa recorriendo la costa, la selva y los Andes, llevando el mensaje proselitista y el "baile del Chino" (tecnocumbia compuesta por el mandatario).

Pero el apoyo de esta fuerza verde, la de los militares, le fue retirada a Fujimori -según la versión de D'Althaus y el congresista opositor Carlos Ferrero Costa- quienes lo habrían conminado a retirarse y de allí el anuncio de anoche, aseveración no desmentida.

"La campaña (política) de Fujimori descansó, sin lugar a duda, en la estructura militar, controlada por Montesinos", dijo Fernando Rospigliosi, un catedrático de la Universidad de Lima.

La noticia de nuevas elecciones y el anuncio de una severa investigación sobre corrupción contra Montesinos generó alegría entre los peruanos que aún no salen de su sorpresa y temen se trate de una nueva estrategia de Fujimori para rescatar su credibilidad.