SAN JUAN.- El escritor peruano Mario Vargas Llosa acogió como una "buena noticia" el anuncio de nuevas elecciones en Perú, la retirada del presidente Alberto Fujimori, y el desmantelamiento del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN).
Sin embargo, advirtió a la oposición política peruana de que no debe "bajar la guardia", porque todavía quedan vestigios de la "dictadura" de Fujimori, que tienen que ser desmantelados para dar paso a una transición democrática.
Vargas Llosa, de visita en Puerto Rico, donde el lunes presentará su novela "La fiesta del chivo", dijo a EFE que la transición democrática en Perú debe hacerse mediante una "Junta Provisional de Notables", que supervise el desmantelamiento de las instituciones creadas durante diez años de mandato de Fujimori.
"Es una buena noticia. Significa que la dictadura ha entrado en fase terminal y hay posibilidades de retorno próximo a la democracia en el Perú", dijo el escritor desde un hotel en Carolina, municipio aledaño a San Juan.
Destacó que "la movilización general del pueblo peruano contribuyó mucho a mermar el escaso apoyo que tenia la dictadura".
Para Vargas Llosa, dos escándalos catalizaron la caída del régimen de Fujimori: "la revelación del tráfico de armas para la guerrilla colombiana", donde estaban envueltos "'militares de la cúpula, y probablemente Fujimori y (Vladimiro) Montesinos", y el "caso Montesinos".
Hace dos días, se difundió en Perú un vídeo en el que se ve como Montesinos, principal asesor del Presidente y responsable del SIN, entrega un fajo de billetes al parlamentario de la oposición, Alberto Kouri, en un acto de presunto soborno político.
"Todo eso saturó la descomposición del régimen", según el novelista.
Sin embargo, recordó que todavía se mantienen las instituciones creadas por Fujimori "los jueces nombrados por el régimen, todo el aparato electoral".
"Quedan todavía muchos vestigios. Hay un poder electoral que es delictuoso, hay unos medios de comunicación que están controlados por el régimen, todo eso tiene que corregirse", opinó.
Afirmó, además, que "la última operación de salvamento de la dictadura es responsabilizar a Montesinos, pero los dos (Montesinos y Fujimori) son hermanos siameses inseparables".