BUENOS AIRES.- El Presidente Fernando de la Rúa recibirá mañana viernes a su antecesor Carlos Menem, titular del peronismo, como parte del "diálogo" que emprendió en medio de dificultades políticas y complicaciones económico-sociales.
Pero la invitación a Menem provocó discrepancias dentro del gobierno.
El vicepresidente Carlos Alvarez, que hace algunas semanas se preguntó "¿qué se gana juntándonos con Menem?", a quien asoció con la corrupción política, anticipó que no participará de la entrevista de mañana.
Alvarez, que ha emprendido una cruzada por una mayor trasparencia en las prácticas políticas, encabeza al centroizquierdista Frente del País Solidario (Frepaso), aliado con la Unión Cívica Radical (UCR) de De la Rúa.
La ronda de contactos políticos de De la Rúa se inició a comienzos de semana con otro ex presidente, su correligionario Raúl Alfonsín, titular de la UCR. Seguirá la semana próxima con el ex ministro de economía Domingo Cavallo, jefe de la centroderechista Acción por la República.
El principal objetivo de De la Rúa con estas reuniones es distender el tenso clima que prevalece desde que hace un mes estalló en el Senado, controlado por el peronismo, un escándalo cuyos ecos subsisten, al denunciarse que un grupo de legisladores habrían sido sobornados para apoyar la reforma a la legislación laboral.
El tema es investigado por la justicia federal, que ya pidió la comparecencia de 11 senadores, ocho peronistas y tres de la Alianza gobernante, mientras se procura determinar la procedencia de los fondos utilizados.
Ayer se produjo otro episodio parecido en el Senado, cuando Silvia Sapag, legisladora de la provincia del Neuquén acusó al senador peronista Emilio Cantarero, titular de la comisión de energía, de haberle ofrecido dinero proveniente de empresas petroleras, para apoyar una nueva ley de hidrocarburos.
La senadora Sapag también involucró en el episodio a un legislador de la UCR, Juan Melgarejo, quien anunció que hoy renunciará a su banca para someterse a la justicia.
Se estima que Menem pedirá mañana a De la Rúa que frene la arremetida política de Alvarez contra los senadores peronistas, en aras de una relación armónica en el Congreso.
Se sabe que el Presidente es partidario de bajar el tono a ese enfrentamiento. Pero le resultará difícil concretarlo, ya que las encuestas indican creciente respaldo de la opinión pública a la campaña del vicepresidente por mayor trasparencia en las prácticas políticas.
Alvarez se ha granjeado también la hostilidad de un amplio sector de la UCR, a cuyos senadores acusó de haber concertado con sus colegas peronistas un sistema de reparto de poder y de favores políticos y económicos.
