BEIJING.- China pidió al Vaticano este miércoles que se arrepienta de los delitos contra el pueblo chino, entre ellos algunos cometidos por personas que serán beatificadas el domingo próximo.
En una enésima crítica desdeñosa, leída en la televisión estatal en el principal noticiero del día, la Asociación de Iglesias cristianas se unió a la condena de las beatificaciones y acusó al Vaticano de querer reescribir la historia, tratando de olvidar la opresión y la violencia del invasor contra China.
Sería mejor que el Vaticano "se arrepintiera de los delitos cometidos por los misioneros, en vez de permitir a ciertas personas de la Santa Sede la falsificación de la historia y engañar al mundo con la canonización", afirma la declaración.
El domingo 1 de octubre, fiesta litúrgica católica de Santa Teresa de Lisieux (Santa Teresita del Niño Jesús) protectora de las misiones, es también el aniversario de la fundación de la República Popular China y en la plaza San Pedro el Papa beatificará a 120 mártires (87 chinos y 33 extranjeros).
Serán los primeros chinos en recibir el honor de los altares.
Los misioneros matados durante la revuelta de los Boxers (1898-900) "han robado, traficado con opio, apoyado los humillantes tratados que obligaron al decadente imperio de los Qing a aceptar en su tierra la presencia extranjera", afirma la declaración de la Asociación de Iglesias cristianas.
La beatificación ha reabierto antiguas heridas inútilmente, dicen los historiadores chinos.
China no será nunca un "país vasallo de ninguna potencia" dice hoy un editorial del Diario del pueblo, órgano del partido comunista.
El pueblo chino, afirma el editorial, no quiere desenterrar el pasado sino mirar hacia adelante "pero esto no significa que se pueda olvidar la historia".
Y la historia, dice una declaración de la Iglesia católica oficial china (cinco millones de miembros, en contraste con los otros cinco millones de católicos fieles al Papa) ha registrado todos los errores cometidos.
Recuerda que en 1934 el Vaticano fue el primero en reconocer al Estado "fantoche" del Manchukuo controlado por Japón, que en 1938 la Santa Sede pidió a los católicos chinos que fueran neutrales en la guerra antijaponesa y, después de la fundación de la China popular (comunista) en 1949, los alentó a combatir su gobierno "llevando a la Iglesia china al borde del abismo".
Los errores políticos del Vaticano "causaron daños irreparables a la Iglesia católica", concluye la declaración.
Por otra parte el cardenal chino Paul Shan Kuo Shi afirmó en una entrevista publicada por Fides, el dicasterio vaticano para las misiones, afirmó que es un error dar significado político a la betificación del domingo porque no hay relación entre los nuevos beatos que murieron hace siglos y el actual régimen de Pekín.
En otros países asiáticos como Japón, Filipinas, Vietnam, no hubo reacciones sino que "han considerado la canonización de los mártires como un gran honor para el país".
Desde su infancia, recordó el cardenal, quien tiene 77 años y nació en Puyang, en Hebei, "rezábamos por la canonización de los mártires, un gran honor para los cristianos y una fuerte invitación a ser testimonios de fe. De todos modos tenemos solamente una motivación religiosa, no política".