BUENOS AIRES.- El "campo", como se lo llama en la Argentina al crucial sector agropecuario, comenzó hoy con un alto grado de acatamiento una huelga prevista para seis días contra la política económica del presidente Fernando de la Rúa.
"Hay mucha bronca en el sector: no tenemos rentabilidad y estamos agobiados por los impuestos", resumió el titular de la Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi.
Los productores agropecuarios exigen al gobierno que elimine algunos impuestos considerados "distorsivos", como el de la renta presunta y el que grava a los intereses de los préstamos bancarios, y la reducción en el precio al gasoil.
Los manifestantes señalan que los impuestos abarcan el 40 por ciento del precio final del gasoil.
"Si no nos ayudan nos vamos al bombo (a la quiebra); por eso, hacemos el paro", señaló Pedro Lacau, productor agropecuario con 3000 hectáreas ubicadas en la localidad bonaerense de Lincoln, en la provincia de Buenos Aires.
Pero, el gobierno sostiene que no puede satisfacer esos reclamos debito al fuerte déficit fiscal.
Algunos analistas interpretan que los reclamos del sector agropecuario apuntan, en realidad, a la devaluación de la moneda local, el peso, que desde hace nueve años vale lo mismo que el dólar.
Es el primer paro de los productores agropecuarios contra el gobierno de De la Rúa, en el poder desde el 10 de diciembre.
La medida de fuerza, prevista hasta el sábado inclusive, paralizará totalmente las operaciones comerciales de los productos agropecuarios.
El paro no debería afectar a los consumidores urbanos ya que no comprende a los productos perecederos, como verduras, frutas y lácteos.
"La recomendación que dimos a todos los productores es ganarse a la sociedad y no ponérsela en contra", explicó Buzzi, en alusión al malhumor existente entre los argentinos por la situación económica.
Los productores organizaron unos 30 piquetes o concentraciones a lo largo del país para garantizar el cumplimiento del paro.
Los organizadores del paro aseguraron que no recurrirán a la violencia sino a la persuasión frente a los productores que no se plieguen a la medida.
En el sur de la provincia de Entre Ríos, 300 kilómetros al norte de esta capital, cientos de productores están movilizados e impiden el paso de camiones a Buenos Aires y afectan al principal corredor comercial entre la Argentina y Brasil.
"El gobierno se hizo el sordo frente a nuestros reclamos", dijo Alfredo De Angelis, titular de la federación de productores locales.
El sector agropecuario es el pilar de la economía argentina y sus demandas tienen, históricamente, una extensa repercusión política y social.
Desde el 19 de abril del año pasado, el "campo" ya concretó tres paros, en una muestra de la difícil situación que atraviesa.
Los dos primeros paros de esta serie fueron durante el gobierno del ex presidente Carlos Menem (1989-1999).
Esta huelga se produce al cabo de una crisis en el gobierno de De la Rúa, que implicó la renuncia del vicepresidente Carlos "Chacho" Alvarez, hace diez días.