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Se radicaliza conflicto social en Bolivia

"Hay que dejar de comprar cerveza y empezar a comprar armas, no hay otro camino", dijo Felipe Quispe, Secretario Ejecutivo de la Confederación de Trabajadores Campesinos de Bolivia, ante el anuncio gubernamental de que en marzo del 2001 se iniciará la quema de todos los cultivos ilegales de coca en la zona de los Yungas.

18 de Octubre de 2000 | 18:06 | AP
LA PAZ.- El dirigente campesino Felipe Quispe instó este miércoles a los productores de hoja de coca de los Yungas, cerca de La Paz, a armarse para resistir la erradicación de sus plantaciones por el gobierno.

"Hay que dejar de comprar cerveza y empezar a comprar armas, no hay otro camino", dijo Quispe, Secretario Ejecutivo de la Confederación de Trabajadores Campesinos de Bolivia.

Respondió así al ministro de Gobierno, Guillermo Fortún, quien anunció que al concluir en noviembre la destrucción de cocales en la región central del Chapare, comenzará en marzo de 2001 la eliminación de los cultivos ilegales en los Yungas, 120 kilómetros al noreste de aquí.

Según Fortún, en el Chapare, 580 kilómetros al sureste de La Paz, falta por erradicar 1.600 hectáreas de las 31.000 que había hace tres años. Todas esas plantaciones eran ilegales, es decir que se destinaban a la producción de cocaína.

En los Yungas hay 2.500 hectáreas ilegales, y el estado reconoce como legales otras 12.000 hectáreas históricamente destinadas al consumo tradicional de los campesinos, para el alivio del cansancio, fines medicinales y el uso en ceremonias religiosas andinas.

Quispe, un ex guerrillero que pasó cinco años en la cárcel, sostiene que en un acuerdo que firmaron el 7 de octubre su organización y el gobierno, éste se comprometió a no erradicar coca en los Yungas.

Ese convenio permitió levantar un amplio bloqueo de carreteras que mantenían los campesinos en respaldo a distintas reivindicaciones. El dirigente amenazó con una sublevación campesina si, en el intento de erradicar cocales en el Chapare, las fuerzas del orden matan o hieren a los algún productor.

Quispe lanzó su advertencia después de que recientes enfrentamientos en esa región entre cocaleros que tenían cortada una estratégica carretera y fuerzas del orden dejaron dos campesinos muertos y decenas de heridos.

Tanto los productores de los Yungas como los del Chapare se oponen a la erradicación. Estos últimos incluso exigen al gobierno que se les permita sembrar nueva coca.
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