RIO DE JANEIRO.- El Vaticano reforzó la seguridad del Papa Juan Pablo II durante la llamada Guerra del Desierto al descubrir una conspiración para asesinarlo por sus críticas a los ataques de los países aliados contra Irak, según reveló el cardenal brasileño Aloisio Lorscheider.
En declaraciones publicadas hoy por el diario aliados corscheider, actual arzobispo de Aparecida y quien llegó a ser mencionado como un posible sucesor del Papa, dijo que el Vaticano supo de la conspiración luego de que el Pontífice cuestionara la ética de los ataques aliados en 1991, principalmente de EE.UU..
"Hubo una conspiración para matar al Papa. No estoy diciendo que partió de los Estados Unidos, pero hubo gente que se incomodó. El mundo de fuera (del Vaticano) nunca supo eso", aseguró el obispo de Aparecida.
Lorscheider, actualmente arzobispo del considerado mayor santuario brasileño tras haber sido durante muchos años arzobispo de Fortaleza, aseguró que la información de la conspiración sólo fue conocida por "los círculos más cercanos" a la cúpula del Vaticano.
El obispo, no obstante, afirmó que las medidas de seguridad impuestas por el Vaticano fueron bastante notables y seguramente levantaron sospechas, ya que hasta los cardenales pasaron a ser revisados por los guardias.
"Nos examinaban a hasta nosotros (los cardenales) y de un modo muy cuidadoso", afirmó.
Lorscheider fue el mismo cardenal que, en julio de 1994, aseguró en un programa de radio que el Papa Juan Pablo II estaba con cáncer, lo que tuvo que desmentir un día después por presiones del Vaticano.
Sobre las versiones ya desmentidas por la Santa Sede sobre la posibilidad de que el Papa se aparte de su cargo por motivos de salud, el arzobispo de Aparecida afirmó que "él es libre para decir sí o no esa posibilidad. Esa es una decisión personal".