LIMA.- Una insólita protección personal recibió Vladimiro Montesinos del Gobierno y la cúpula militar desde su llegada ayer al Perú. Su nave aterrizó en una base de la FAP y contó con un helicóptero y un vehículo escoltado para sus desplazamientos a diversas sedes castrenses, quedando alojado en una de ellas.
Su presencia introduce nuevos elementos de desestabilización y compromete gravemente la responsabilidad gubernamental. El Presidente Fujimori no dio explicaciones sobre esos privilegios ni mucho menos a qué viene el ex asesor.
Entre tanto, Venezuela abrió la posibilidad de estudiar una solicitud de asilo.
Fuentes castrenses señalaron que Montesinos se habría establecido en la sede del SIN, organismo cuya jefatura real ejerció hasta el 16 de setiembre. El viaje de Pisco hacia Lima se habría realizado por tierra.
Montesinos habría ingresado al SIN acompañado por un discreto personal de seguridad a través de una de las tres entradas que tiene esa sede. Evitó ingresar por la puerta principal, que da a la avenida Las Palmas, donde la prensa montaba guardia desde tempranas horas de la mañana.
Las instalaciones del SIN cuentan con cuatro túneles de escape y un helipuerto, que fueron mandados a construir por el propio Montesinos. Existe una cuarta entrada al SIN por la Comandancia General de la FAP, que da a la avenida Jorge Chávez, en Surco.
Descansó en El Polvorín
En Pisco, Montesinos habría descansado en la guarnición militar El Polvorín, ubicada en los alrededores de la Base Aérea 9, dijeron las fuentes.
La versión de que Montesinos se encontraba en el SIN tomó cuerpo en horas de la tarde, cuando el presidente Alberto Fujimori visitó el cuartel Alfonso Ugarte, donde funciona la División de Fuerzas Especiales (DIFE), en Las Palmas. A sólo unos cuantos metros de la DIFE están las instalaciones del SIN, cuya desactivación real aún no se habría producido.
Desesperado retorno
Por otro lado, ayer también trascendió de fuentes vinculadas al Ejecutivo de Panamá que Montesinos decidió regresar al país el sábado, luego de una negativa del Gobierno Panameño de darle una respuesta definitiva, ante una consulta hecha por él ese mismo día, de si le iba a conceder o no el asilo político que estaba gestionando desde el 23 de setiembre pasado, cuando llegó a ese país.
Según estas fuentes, Montesinos habría hecho esa consulta el sábado por la mañana y recibido como respuesta que debía esperar unos días, pues aún se estaba evaluando su situación. Aparentemente, Panamá también estaba esperando el levantamiento de una serie de restricciones en su contra impuestas por Estados Unidos a cambio de conceder el asilo al controvertido personaje.
Una de esas condiciones era la de ser retirada de la lista negra del Grupo de Análisis de Acción Financiera (GAFI), en la que están aquellos países acusados de colaborar con la corrupción mundial, lo que aún no ocurría. El Gobierno Peruano tampoco había respondido respecto al requerimiento de trasladar a ese país al ciudadano panameño Pacífico Castrellón, condenado por terrorismo y acusado de pertenecer al MRTA. Una alta fuente del Gabinete Ministerial dijo a El Comercio hace unas semanas que ese pedido era "inaceptable".
