WASHINGTON.- El mexicano Miguel Flores, de 31 años, fue ejecutado hoy en una prisión estatal de Texas no obstante los insistentes pedidos de aplazamiento de la sentencia, entre ellos de gobiernos extranjeros.
El gobierno estatal de George W. Bush, actual candidato a la presidencia de Estados Unidos, no respondió las apelaciones del México, que alegó que Flores no tuvo oportunidad de comunicarse con el consulado mexicano, como dispone la Convención de Viena para estos casos.
La sentencia fue ejecutada 48 horas después de la celebración de las elecciones estadounidenses.
Cinco horas antes de la aplicación de la pena máxima, el reo fue conducido a la cámara de la muerte para ser preparado para la ejecución, según testigos de la prisión citados por la prensa de Texas.
La Corte Suprema de Texas había rechazado la petición de postergación, mientras esta misma semana el Directorio de Perdón y Libertad Bajo Palabra había negado también las solicitudes en ese mismo sentido.
La Convención de Viena dispone que los gobiernos deben comunicar a las autoridades consulares en caso de un juicio criminal, para que el encausado tenga la oportuna y necesaria asistencia legal.
En Washington el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, informó hoy a la prensa que Madeleine Albright envió una carta a su colega mexicana de Relaciones Exteriores en la que le comunicó que se transmitió el pedido de México.
El Gobierno mexicano solicitó al Directorio de Perdón y Libertad Bajo Palabra del estado de Texas la postergación de la aplicación de la sentencia.
Flores, nacido en Juárez, fue condenado a la pena máxima por la violación y asesinato de la universitaria Angela Tyson.
En 1995 el condenado estuvo a punto de ser ejecutado pero un juez federal suspendió temporalmente la aplicación de la sentencia; un año antes la Corte Suprema de Estados Unidos se había negado a conocer el caso.
Los grupos contrarios a la pena de muerte sostuvieron que Flores probablemente habría tenido un juicio justo en caso de que el acusado hubiera tenido acceso a las autoridades consulares de su país.
Una de las últimas gestiones en favor de Flores fue hecha por los embajadores de Francia y Suecia en Estados Unidos, junto al jefe de la Delegación de la Unión Europea.
Ese grupo de diplomáticos envió una carta al gobernador de Texas solicitando la postergación de la sentencia.