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Confusión y angustia por tragedia que dejó 170 muertos en Austria

Los equipos de rescate han interrumpido para este domingo las actividades con el objeto de recuperar los cuerpos calcinados de las cerca de 170 víctimas, en su mayoría jóvenes, que se presumen perecieron en el incendio de un funicular subterráneo de montaña en el glaciar de Klitzsteinhorn.

11 de Noviembre de 2000 | 20:19 | EFE
KAPRUN, Austria .- Los equipos de rescate han interrumpido para este domingo las actividades con el objeto de recuperar los cuerpos calcinados de las cerca de 170 víctimas, en su mayoría jóvenes, que se presumen perecieron en el incendio de un funicular subterráneo de montaña en el glaciar de Klitzsteinhorn.

Así lo informó a la televisión austriaca el jefe de gobierno del Estado federado de Salzburgo, región donde se encuentra el lugar del siniestro, tras señalar que los técnicos habían conseguido asegurar con un cable de seguridad los restos de los vagones (el siniestrado, que ascendía, y el segundo del funicular, que descendía) para evitar que se precipiten sobre el valle, como se temía.

El presidente de la República, Thomas Klestil, y el gobierno del canciller federal, Wolfgang Schussel, declararon días de duelo nacional este sábado y domingo, pues éste ha sido "el peor accidente en la historia de la II República de Austria", fundada en 1945.

Las autoridades han corregido entre tanto la cifra de las personas que pudieron salvarse saliendo por la parte trasera del vagón incendiado, tras romper con un bastón de esquí la luna, elevándola de ocho a nueve, y a 18 el número de heridos internados en el hospital de Zell am See, uno de ellos grave, con síntomas de envenenamiento por gas, así como contusiones.

En rueda de prensa, el jefe de la estación del funicular, Manfred Múller, informó en la noche de hoy de que hay evidencias de que algunos pasajeros intentaron escapar hacia arriba, pero murieron asfixiados.

Añadió que un gran número de las víctimas pereció intentando huir y no encerradas en el vagón, como se había presumido hasta ahora. "Junto al tren hay una escalera. Algunos intentaron salvarse en dirección a la montaña, pero era el camino equivocado. Es incomprensible que un tren pueda arder así", dijo.

A las 09.02 hora local el vagón partió de la estación del valle, a 911 metros de altura sobre el mar, cargado con unos 180 pasajeros, en su mayoría jóvenes esquiadores y aficionados al snowboard.

El fuego se originó, por razones que aún se desconocen, segundos después de que el funicular entrase en un estrecho y empinado túnel, pues es subterránea la mayor parte del recorrido de 3.298 metros que conecta el valle con el glaciar, a 2.446 metros de altura.

De acuerdo a las últimas estimaciones de los expertos, el fuego surgió en la parte trasera del tren, pero el "efecto chimenea" que se produce en una construcción de este tipo, atizó rápidamente las llamas hasta la parte delantera del vagón y a las 09.05 hora local se detuvo la instalación del funicular, probablemente de forma automática debido a la subida de la temperatura.

Tras sonar la alarma, se pudo mantener durante cinco a diez minutos el contacto por radio con el conductor, quien recibió la orden de abrir todas las puertas para que los pasajeros pudieran escapar de las llamas.

Algunos de los esquiadores que lograron salvarse, todos turistas alemanes, narraron que el pánico se apoderó de ellos y de los demás pasajeros, que gritaban y buscaban una salida a ciegas, pues no podían ver nada por el espeso humo.

Los primeros equipos de rescate alpino llegaron pocos minutos después de la primera alarma, pero todo el empeño de 165 enfermeros, 25 médicos, 480 bomberos, 110 gendarmes y 40 psicólogos, así como los equipos de rescate que intentaron acercarse al lugar en una docena de helicópteros, no pudieron influir en el catastrófico rumbo de las cosas.

El humo que subió rápidamente por el citado efecto chimenea no sólo mató al conductor del vagón que descendía vacío y quedó encerrado en su cabina, sino que salió por arriba e invadió la estación de montaña del glaciar, causando otras tres muertes y nueve heridos.

Mañana se intentará el rescate de los restos de las víctimas ya que las altas temperaturas y el humo tóxico impidieron hoy el acceso de los bomberos y equipos de salvación.

Un experto señaló que las temperaturas eran tan altas que derritieron el aluminio y dejaron el vagón reducido a su chasis, ardiendo aún al rojo vivo hasta última hora de hoy.

Mientras, miles de personas son asistidas por su estado de shock y angustia ante la incertidumbre y el temor de que un familiar o amigo esté entre los siniestrados y las autoridades elaboran una lista de desaparecidos.

Las autoridades intentarán deducir el número y la identidad de las víctimas tachando de la lista de posibles afectados a los que se reportan, de unos 2.000 a 3.000 esquiadores que estaban ya en la pista cuando se produjo el accidente.

Asimismo, comprobarán los automóviles aparcados en el valle y las habitaciones que esta noche no serán ocupadas para tratar de concretar el número exacto de fallecidos.
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