SAN SEBASTIAN.- La banda terrorista ETA atentó hoy contra un cuartel de la Guardia Civil de la localidad vasca de Irún, causando heridas leves a un agente y provocando el pánico en un colegio cercano, en cuyo patio de recreo cayó una granada que no llegó a explotar.
El atentado ocurrió sobre las 09.00 horas (08.00 GMT) al explotar una de las dos granadas que los terroristas habían lanzado contra el acuartelamiento de Irún, localidad fronteriza con Francia.
A causa de la explosión, un agente de la Guardia Civil (policía militarizada), de 27 años, resultó herido y fue ingresado durante unas horas en un hospital.
La otra granada impactó, sin llegar a explotar, en el patio de un colegio próximo al cuartel cuando un grupo de unos 30 alumnos de secundaria hacía gimnasia.
Algunos de los escolares dijeron a EFE que se habían llevado "un gran susto" al escuchar "un ruido muy fuerte" seguido de "mucho humo", tras lo cual huyeron del lugar.
Agentes de la Guardia Civil y de la Policía regional vasca hallaron luego tres tubos lanzagranadas en un automóvil aparcado en un estacionamiento, situado en una zona elevada desde la que se divisa el acuartelamiento.
Los terroristas utilizaron un temporizador para activar las tres granadas que contenían las lanzaderas, pero sólo dos de ellas llegaron a ser disparadas y la tercera quedó alojada en uno de los tubos.
Especialistas en desactivación de explosivos provocaron posteriormente varias explosiones controladas para abrir el vehículo y determinar si contenía algún artefacto en su interior.
Fuentes policiales precisaron que los agentes actuaron con extrema precaución ante la posibilidad de que pudiera repetirse lo ocurrido el pasado día 11 frente al cuartel de la Guardia Civil del barrio de Intxaurrondo de la ciudad vasca de San Sebastián.
En aquella ocasión, diez agentes resultaron heridos, algunos de ellos de gravedad, al explotar un dispositivo trampa colocado por ETA en unos tubos lanzagranadas que habían sido activados poco antes.
El atentado contra el cuartel de la Guardia Civil de Irún es el segundo que sufre este acuartelamiento desde 1991, cuando la explosión de un coche bomba cargado con 60 kilos de amonal causó 15 heridos leves y cuantiosos daños materiales.
Entonces, la explosión afectó también al colegio colindante y causó daños en los vestuarios.
La acción terrorista de hoy tiene lugar un día después de que Francia entregara a España al histórico ex dirigente de ETA José María Arregui Erostarbe, "Fitipaldi", integrante de la "cúpula" de la banda armada desarticulada en 1992 en la localidad francesa de Bidart.
Forma parte de una de las ofensivas más sangrientas de la historia de ETA, que este año ha asesinado a 20 personas y ha cometido decenas de atentados.
Estas muertes se suman a las 800 que la organización terrorista tiene en su haber desde que hace tres décadas inició la actividad armada para reclamar la independencia del País Vasco.
En Madrid, el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, aseguró a los periodistas que el atentado "ha sido un fracaso de la organización" terrorista, y expresó su alivio por el hecho de que la acción sólo haya provocado heridas leves a una persona.
A las muestras de condena por el atentado, se sumaron nuevos llamamientos a ETA para que abandone la violencia.
La banda terrorista "no puede seguir sembrando el sufrimiento, la muerte y el terror entre los ciudadanos de este pueblo a quien dice defender", señaló el partido nacionalista Eusko Alkartasuna.
El portavoz del Gobierno regional del País Vasco, Josu Jon Imaz, acusó, por su parte, a la banda armada de "despreciar la democracia y la voluntad de la sociedad vasca".
