MIAMI.- Al cumplirse un año, este sábado, del "milagroso" hallazgo en el mar del niño náufrago cubano Elián González, el exilio cubano recuerda su dramática odisea que ha dejado una profunda huella en este lado del estrecho de Florida.
"La huella de Elián en nuestros corazones es imborrable. Su inocencia y su triste historia tocó el corazón de todos", aseguró a EFE Mariela Ferretti, de la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA).
Desde que fue rescatado frente a las costas de Florida, la comunidad cubana de Miami asumió como una cruzada la permanencia del pequeño de seis años en Estados Unidos, adonde su madre, su padrastro y otras once personas intentaban llegar.
Sin embargo, sólo Elián, quien fue descubierto el "Día de Acción de Gracias", el 25 de noviembre del año pasado, aferrado a un neumático, y una pareja que alcanzó la costa nadando lograron sobrevivir al naufragio de una frágil embarcación.
"Elián fue un niño víctima de un sistema que sufrió un destino que no tenía que haber sufrido. Fue arrancado de la libertad sin que de verdad hubiese existido un proceso justo para determinar realmente cuáles eran sus mejores intereses", aseguró Ferretti.
Durante casi siete meses, los familiares del pequeño en Miami, respaldados por el exilio, libraron una ardua pero infructuosa batalla legal para impedir su regreso a Cuba.
Finalmente, el pasado junio, tras agotar el proceso de apelación a una demanda que presentaron sus parientes en Estados Unidos para solicitar su asilo político, Elián regresó a la isla con su padre, Juan Miguel González.
El desenlace del drama, que comenzó en abril con un operativo federal que sacó al menor de la residencia de sus familiares, dejó una sensación de tristeza, desencanto y frustración entre los exiliados cubanos.
"Hay mucha tristeza. Es muy triste que nadie sepa que está pasando con Elián en estos momentos", declaró a EFE el publicista de origen cubano Armando Gutiérrez, quien fue el portavoz de los parientes del menor durante la disputa.
Cinco meses después de su retorno a la isla, Elián vive con su familia en su pueblo natal de Cárdenas, a unos 150 kilómetros al este de La Habana, lejos de las cámaras que lo rodearon durante su estancia en EE.UU.
"Cuando pensamos en el caso de Elián y en la división de la familia cubana de la cual él es simplemente un caso más, se siente una punzada en el alma muy profunda", afirmó a EFE el líder del Movimiento Democracia, Ramón Sául Sánchez.
Sobre todo -agregó el activista- "a la luz de que el mundo y el Gobierno de EE.UU. nos ven con esta tragedia, y en vez de brindar solidaridad humana, más bien la tendencia es condenarnos, encima de que hemos sido condenados al destierro y a la división de la familia".
El Gobierno de Estados Unidos y una gran parte de los norteamericanos apoyaban las peticiones del padre de Elián para que sus parientes le entregaran a su hijo.
Incluso, algunos miembros del exilio cubano han admitido que el caso ha tenido un efecto negativo en la comunidad.
El impacto del caso en el pueblo cubano "en el destierro ha sido muy profundo y todavía duele", afirmó Sánchez.
"Tristemente el saldo hoy, un año después, no es nada positivo, excepto que está con el padre, pero ni aún eso se puede evaluar porque no hay acceso a la información", dijo el líder del Movimiento Democracia.
La comunidad cubana responsabilizó a la administración demócrata de Bill Clinton de "hacer todo lo posible" para que el balserito regresara a la isla, por lo que prometió castigar en las urnas al candidato oficialista, Al Gore.
Y la promesa se cumplió, ya que más de un 80 por ciento de los cubano-americanos votaron por el candidato republicano George W. Bush, según algunas estimaciones.
"Es mi creencia que si el niño Elián González no hubiese sido enviado de regreso a Cuba, Al Gore, debido al estrecho margen que lo separa del candidato George W. Bush, ya sería presidente de EE.UU., porque muchos más cubanos hubiesen votado por él", dijo Sánchez.
La comunidad cubana "envió un mensaje con la herramienta del voto a los demócratas, diciéndoles que no nos olvidamos", agregó.
Para conmemorar la fecha, el exilio ha convocado una misa este sábado en la Ermita de la Caridad del Cobre, la "cuna espiritual" de la comunidad cubana en Miami, y una vigilia frente al Cayo Vizcaíno, cerca de donde se localiza esa iglesia.