BUENOS AIRES.- Mientras la Argentina volvía hoy a la normalidad tras una huelga nacional de 36 horas contra las medidas de ajuste, el gobierno reiteró su convocatoria para reiniciar el diálogo con los sectores sindicales. Aclaró, no obstante, que no cambiará el rumbo económico.
Las ministras de Trabajo, Patricia Bullrich, y de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide, manifestaron que los problemas del país no se solucionarán con paros y ratificaron la política económica del gobierno.
Pesde el gremialismo, el dirigente sindical Julio Piumato, aseguró que "el paro sirvió ... porque el pueblo argentino ha hecho un plebiscito contundente contra este modelo económico".
Piumato acusó al gobierno de ver la realidad "desde adentro de una probeta y no tomar nota de los mensajes que está enviando el pueblo argentino".
La medida de fuerza, que afectó las actividades del país durante un día y medio, fue declarada por las tres centrales obreras en protesta contra de la política de ajuste económico del gobierno.
Fue el más exitoso de los tres paros que ha enfrentado el gobierno del presidente Fernando de la Rúa en casi un año en el poder.
El sindicalismo dijo que la medida tuvo un acatamiento de más del 90%, en tanto que el gobierno, sin dar cifras, reconoció por medio de varios de sus integrantes que la medida se hizo sentir con fuerza.
"El gobierno tiene una política planteada y va a usar el consenso, pero eso no quiere decir que vaya a hacer cambios de rumbo", manifestó la ministra Bullrich.
Bullrich declaró que "el gobierno cree que lo que está planteando es lo mejor para el país y que es la manera de salir (de la crisis) y crecer".
"No vamos a cambiar el modelo económico", agregó.
Según la ministra, el paro no cumplió su objetivo y además "le costó al país 1.500 millones de pesos (dólares)".
Fernández Meijide, por su parte, dijo que "no es parando como vamos a lograr un país" próspero, sino "con crecimiento y trabajo".
Los sindicalistas contaron con un aliado adicional: el ex presidente Carlos Menem, quien calificó a la medida de fuerza como un "éxito" y acusó al gobierno de "errar el rumbo" y "engañar" a los argentinos.