BUENOS AIRES.- El Presidente Fernando de la Rúa enfrenta una complicada semana en el Congreso, donde comienzan a discutirse sus proyectos de presupuesto y de reformas al sistema jubilatorio, que provocan fuertes críticas incluso en su propia coalición Alianza.
La Cámara de Diputados dio media sanción el viernes pasado al presupuesto para el 2001, que desde este lunes será considerado por el Senado, controlado por la oposición peronista. Pero los líderes del justicialismo del Senado, integrado por 37 de los 72 senadores, anunciaron que se proponen rechazar el mantenimiento el año próximo de la rebaja de sueldos al personal estatal dispuesta en mayo por el Gobierno, invocando razones de austeridad.
Jorge Yoma, senador peronista por La Rioja, declaró a la prensa que "vamos a voltear el artículo que convalida la rebaja salarial, porque eso no lo podemos permitir". Voceros de la Alianza de De la Rúa calificaron de "demagógica" la actitud del peronismo y sostuvieron que encubre el deseo de la oposición de negociar otros temas.
Un sector disidente de la Alianza se coaligó con el peronismo en la Cámara de Diputados y rechazó uno de los artículos del presupuesto, que daba amplias facultades al gobierno para despedir empleados públicos. El mayor dolor de cabeza para De la Rúa será, sin duda, su proyecto de modificar el sistema de seguridad social, eliminando la jubilación estatal y rebajando las futuras pensiones, al tiempo que se aumentaba la edad para el retiro de las mujeres, equiparándola con la de los varones (65 años).
La reforma jubilatoria es una antigua recomendación del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de otros organismos de crédito, que se aprestan a otorgar a la Argentina un "blindaje financiero" por más de 20.000 millones de dólares, siempre y cuando el gobierno cumpla con una serie de exigencias.
La eliminación del sistema estatal, que actualmente coexiste con el privado, es también propugnado por los bancos que controlan a las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), que pasarían a tener un control monopólico de los cuantiosos fondos de la seguridad social, de aprobarse la reforma.
El tema jubilatorio amenaza con producir una grave fractura en la Alianza, ya conmovida por la renuncia el 6 de octubre del ex vicepresidente Carlos Alvarez, líder del Frente del País Solidario (Frepaso), el integrante socialdemócrata de la coalición. El restante componente es la moderada Unión Cívica Radical (UCR) de De la Rúa. Sin el respaldo del Frepaso, y con la descontada oposición del peronismo, es casi seguro que el proyecto gubernamental naufragará en el Senado. Si ello ocurre, el ministro de Economía, José Luis Machinea hizo saber que un decreto presidencial será inevitable.