ESTAMBUL, Turquía.- Dos soldados y 15 presos murieron este martes, en su mayor parte inmolados por el fuego, en un asalto militar a 20 cárceles para poner fin a una huelga de hambre de 200 presos políticos.
Los reos iniciaron hace dos meses la huelga de hambre para protestar por unos planes de transferirlos desde unos grandes dormitorios a celdas pequeñas, donde temían ser maltratados por los carceleros. Se informó este fin de semana que muchos de los huelguistas estaban al borde de la muerte.
El ministro de Justicia Hikmet Sami Turk dijo que 15 presos murieron y otros 57 resultaron heridos. Añadió que dos soldados fueron muertos y tres resultaron heridos en los choques. Dos grupos de derechos humanos afirmaron que los presos muertos fueron 17.
El Gobierno procura desmantelar los grandes dormitorios carcelarios, que alojan hasta 100 penados, y donde los presos y los grupos extremistas curdos e islámicos instalaron centros de adoctrinamiento.
Frecuentemente los presos consiguen de contrabando armas y teléfonos móviles y organizan motines, toma de rehenes y huelgas de hambre en demanda de mejoras. Algunos de los dormitorios carcelarios son decorados con banderas rebeldes.
Las prisiones turcas, que tienen 72.000 internados, están superpobladas y algunos penados tienen que compartir las camas. El Gobierno promueve una ley de amnistía que dejaría en libertad a casi la mitad de los presos, con excepción de los reos políticos.
Los militares que asaltaron las prisiones enfrentaron resistencia armada en algunos casos, dijo Turk. En la cárcel de Bayrampasa, en Estambul, los soldados fueron atacados con armas automáticas. En otra cárcel de la capital, la de Umraniye, los soldados también fueron recibidos a balazos. ¶
En otras acciones similares ocurridas previamente, también hubo graves choques entre soldados y presos, que emplearon armas de fuego y lanzallamas improvisados. ¶
El Ministerio del Interior informó que fueron hospitalizados 571 presos, incluso 434 que participaron en una huelga de hambre rotativa. ¶
En 1996, 12 presos izquierdistas se dejaron morir de hambre pero el gobierno abandonó un plan de transferencia como el actual.
