LISBOA.- La visita privada del líder religioso tibetano Dalai Lama a Portugal, que comienza mañana, sábado, ha levantado una polémica en el Parlamento y la protesta formal del Gobierno chino ante las autoridades de Lisboa.
Fuentes de la embajada china en la capital portuguesa confirmaron hoy la protesta formal por la estancia en el país del Dalai Lama, del 24 al 29 de este mes, y añadieron que las autoridades lusas "podrían haber evitado la visita".
Curiosamente, el Ministerio de Asuntos Exteriores portugués remitió a la Asamblea de la República un oficio en el que desaconsejaba cualquier acto parlamentario con el líder religioso tibetano y premio Nobel de la Paz, según divulgó hoy la emisora de radio lisboeta TSF.
Un portavoz ministerial recordó hoy que el Dalai Lama viene a Portugal invitado por la organización no gubernamental Oporto 2001 Capital Europea de la Cultura, aunque el líder budista será recibido por el alcalde de esa ciudad del norte portugués, Nuno Cardoso, que le entregará las llaves de la ciudad, y por el de Lisboa, Joao Saores.
La recomendación ministerial fue criticada hoy por diversos parlamentarios, incluido el socialista Barros Moura, quien afirmó que "el Estado portugués en su conjunto revela con este episodio una cierta incapacidad de ver más allá de lo inmediato" y consideró "preocupante" la ausencia de audiencias oficiales.
El diputado del conservador Partido Popular (PP), Basilio Horta, dijo que "ya estamos habituados a tener una diplomacia demasiado reverencial con los fuertes", en este caso con el Gobierno de Beijing.
El Dalai Lama llegará mañana a Oporto y al día siguiente participará en un acto con jóvenes en la localidad cercana de Santa María da Feira, y el lunes será investido doctor honoris causa de la Universidad Luisiada de Oporto, en un acto que contará como padrino con el ex presidente luso Mario Soares.
Después de conocer el mismo lunes la ciudad de Coimbra y dictar una conferencia sobre "La ética en el nuevo milenio", el líder espiritual del budismo tibetano pernoctará en el Santuario Mariano de Fátima, para trasladarse a Lisboa, tras orar en la Capilla de las Apariciones.
Además de participar en conferencias en recintos universitarios y conversar con el cardenal-patriarca de Lisboa, Jose Policarpo, el alcalde lisboeta ofrece una recepción al Dalai Lama, acto que junto al celebrado en el Ayuntamiento de Oporto, fue considerado de carácter oficial por las autoridades chinas para justificar la protesta.