BAGDAD.- Irak rechazó hoy cualquier tipo de cambio en el programa humanitario de la ONU “Petróleo por Alimentos”, tal como se había aventurado desde la sede de las Naciones Unidas.
El ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Nayi Sabri, dijo hoy a los periodistas que su país no está dispuesto a admitir variaciones en el citado programa, establecido por el Consejo de Seguridad de la ONU en 1996 para paliar los efectos del embargo económico que sufre Irak desde hace once años.
“El único cambio que aceptará Irak será la supresión del injusto embargo” impuesto en agosto de 1990 a Bagdad por su invasión de Kuwait, emirato liberado siete meses después, subrayó Sabri.
El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, mostró el miércoles su preocupación por el déficit sustancial de los fondos disponibles para el programa humanitario de la ONU en Irak, que ya asciende a 3.200 millones de dólares.
Según Annan, ese déficit se debe en gran parte a la “brusca disminución de los precios del mercado de petróleo en los últimos meses y a la menor tasa de exportación del crudo iraquí en la etapa actual.”
Esta situación ha provocado que “aunque el presupuesto del plan de distribución para la próxima fase asciende a 5.500 millones de dólares, ahora sólo se dispone de 2.200 millones”.
Sabri arremetió, además, contra el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y en especial contra Estados Unidos y el Reino Unido, países a los que acusó de practicar una política de bloqueo de fondos “destinada a dañar a Irak”.
Annan destacó el miércoles que el nivel de contratos que el Comité de Sanciones de la ONU mantiene bloqueados asciende a un valor de 4.000 millones de dólares, lo que calificó como “inaceptablemente alto”.
El programa “Petróleo por Alimentos” autoriza a Irak a vender cantidades restringidas de crudo para la compra de alimentos, medicinas y otros productos de primera necesidad.
Sabri también advirtió de que su país nunca aceptará la nueva propuesta de Estados Unidos y el Reino Unido para modificar el embargo, e insistió en pedir la supresión del mismo.
Washington y Londres han presentado un nuevo proyecto de embargo, conocido como “sanciones selectivas”, que pretende flexibilizar el castigo a cambio de que Irak autorice el regreso de los inspectores de desarme de la ONU.