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Gobierno argentino confirma que devaluará la moneda local

"Señores, la devaluación ya está descontada en el país", adelantó el Mandatario en referencia al fin de la convertibilidad que desde 1991 equiparó a la moneda argentina con el dólar estadounidense. "Estamos quebrados, estamos fundidos y la culpa la tienen los dirigentes políticos. Los culpables hemos sido nosotros", sostuvo.

04 de Enero de 2002 | 13:41 | Reuters
BUENOS AIRES.- El gobierno argentino pidió este viernes poderes especiales al Congreso para desmantelar el régimen monetario que durante una década mantuvo el peso a la par del dólar y dar paso a una devaluación para revivir a una economía sumida en una crisis profunda.

La solicitud quedó plasmada en un proyecto de ley que barre de un plumazo las bases monetarias que desde hace diez años son parte de la idiosincracia de los argentinos: que por cada peso en sus bolsillos hay un dólar respaldándolo en el banco central.

Ese compromiso permitió durante una década que desde el precio de un dulce hasta el de un automóvil fueran expresados en pesos convertibles sin temor a su desvalorización, en un país en el que hace al menos treinta años el dinero confiable es sinónimo sólo de "billetes verdes".

El gobierno espera que la Cámara de Diputados trate su proyecto económico el viernes y que el Senado le dé, el sábado, la aprobación final.

El paquete no debería enfrentar obstáculos mayores en el Congreso, controlado por el partido de gobierno y donde la segunda fuerza es la Unión Cívica Radical (UCR), que participa en el gabinete del nuevo Presidente, Eduardo Duhalde.

Malas noticias para los bancos

En su proyecto, Duhalde pidió al Congreso prohibir las tarifas en dólares y cualquier forma de indexación y redenominar en pesos los préstamos en divisas en un intento por "desdolarizar" completamente la economía e implantar un sistema de tipo de cambio flotante.

El Presidente intenta así atenuar el golpe de la devaluación para consumidores y empresas, que seguirán recibiendo sus ingresos en pesos pero están endeudados en dólares.

De los 74.550 millones de pesos y dólares que tienen prestados los bancos, 58.735 millones están nominados en la divisa estadounidense.

Por eso, la conversión de los préstamos bancarios de dólares a pesos es un alivio para los ahorristas, quienes además están golpeados por una serie de restricciones financieras que desde hace un mes no les permiten retirar en efectivo sus depósitos de los bancos, en una medida implantada por el ex Presidente Fernando de la Rúa para frenar una corrida.

Pero los bancos aparecen como uno de los sectores que podrían perder con las políticas de Duhalde, partidario de fomentar más el negocio productivo que el financiero, y quien prometió terminar con "décadas de una alianza del poder político con el poder financiero y no con el poder productivo".

El gobierno ha prometido, de todas maneras, compensar a las entidades financieras por sus pérdidas al "pesificar" sus acreencias en dólares con lo recaudado por un nuevo impuesto sobre las exportaciones de petróleo.

Además, el proyecto de ley establece reestructurar las condiciones en que fueron realizados los depósitos en los bancos para comenzar su devolución en la medida en que lo permita la solvencia del sistema financiero.

Vitaminas a la exportación

Pero la devaluación es ya prácticamente la última carta que se juega un país cuya economía no crece desde 1998, ha entrado en cese de pagos y perdido completamente el acceso al crédito internacional y ha cambiado cinco presidentes en las últimas dos semanas.

"Señores, la devaluación ya está descontada en el país", aseguró Duhalde ante un grupo de empresarios y sindicalistas que recibieron su declaración con una lluvia de aplausos.

El tipo de cambio variable, que regulará la mayoría de las actividades que usan divisas como el turismo, coexistirá con un dólar oficial que aún estará regido por el sistema de convertibilidad pero que estará fijado a 1,30 o 1,40 pesos por unidad, según asesores presidenciales.

"La idea es que haya dos mercados. El mercado oficial, establecido por una decisión de la autoridad monetaria... y el mercado libre... en donde la moneda va a fluctuar con lo que diga el mercado", dijo a una radio el senador Oscar Lamberto, futuro secretario de Hacienda del Ministerio de Economía.

Aunque el gobierno aún no dio detalles, el cambio oficial se usaría para operaciones de comercio exterior, según analistas y medios de prensa.

"Siempre en la historia argentina el dólar oficial se utilizó para el comercio exterior y el paralelo rige los precios de los bienes", dijo el analista Aldo Abram, de la consultora Exante.

El gobierno espera que la devaluación ayude a mejorar la competitividad argentina, que cayó en picada al ritmo del "superdólar", disparando el desempleo y la pobreza a niveles récord.

Pero las exportaciones, el principal beneficiario de una devaluación, apenas representan 10 por ciento del Producto Interno Bruto, y el consumo interno abarca casi el 80 por ciento.