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Según el peronismo Duhalde tiene los días contados como Presidente

Las eternas tensiones dentro de su partido afloraron con fuerza cuando los poderosos gobernadores provinciales oficialistas advirtieron a Duhalde que la agudización de la prolongada crisis económica argentina hace inevitable que se adelanten los comicios, previstos para septiembre del 2003.

28 de Mayo de 2002 | 15:33 | Reuters
BUENOS AIRES.- El sueño del Presidente argentino, Eduardo Duhalde, de cumplir su mandato hasta fines del 2003 se convirtió en una pesadilla, en medio de las presiones del peronismo para que se adelanten las elecciones generales del país.

Las eternas tensiones dentro de su partido afloraron con fuerza cuando los poderosos gobernadores provinciales oficialistas advirtieron a Duhalde que la agudización de la prolongada crisis económica argentina hace inevitable que se adelanten los comicios, previstos para septiembre del 2003.

La mayoría de los 14 gobernadores presentes en una reunión el lunes con el Presidente coincidieron en esa necesidad, pero también comparten que la salida de Duhalde no debe ser abrupta, dijeron a Reuters dirigentes peronistas, que pidieron no ser identificados.

Los dirigentes quieren que el Presidente resuelva antes de irse cuatro temas: un acuerdo con el FMI para mejorar la imagen del país, poner en marcha planes sociales para evitar un estallido, controlar la inflación y levantar un congelamiento de depósitos que tiene en pie de guerra a los ahorristas.

"Los gobernadores son pragmáticos. Las elecciones se adelantan sí o sí. No confían en este hombre (Duhalde) ni en su capacidad para sacar adelante a Argentina", dijo un dirigente peronista que estuvo presente en la cumbre partidaria.

La fuente condicionó la rapidez del llamado a elecciones al éxito de Duhalde en cumplir con las cuatro medidas.

"Si ésto se logra rápido, podes ir a elecciones en noviembre o diciembre. Si no, en febrero o marzo", explicó.

Con los políticos desprestigiados ante la opinión pública por la crisis económica, los gobernadores asoman como el principal factor de poder, incluso con influencia para decidir quién debe ocupar la presidencia.

A fines de diciembre, la ausencia de respaldo de los gobernadores peronistas al entonces Presidente Fernando de la Rúa, de la Unión Cívica Radical (UCR), fue uno de los motivos, junto a la alta pobreza y el desempleo, que alimentaron un sangriento estallido social que acabó con su gobierno.

Una semana después, los mandatarios retiraron el respaldo al peronista que remplazó a De la Rúa por orden del Congreso, lo que llevó a su renuncia y a la designación de Duhalde como Presidente hasta fines del 2003.

Pero la alianza entre Duhalde -ex gobernador de la provincia de Buenos Aires- y el resto de los caudillos peronistas comenzó a colapsar al rimo de los fracasos del mandatario por revertir la peor crisis económica en la historia de Argentina.

Además, los gobernadores -que pese a sus discrepancias responden a la histórica sentencia de que a los peronistas no los une el amor sino el espanto- no compartieron la decisión de Duhalde de devaluar al peso en enero, tras lo cual ya acumula una depreciación de 72 por ciento.

La depreciación disparó un pico inflacionario que arroja a la pobreza cada mes a 100.000 argentinos, en un país con la mitad de la población en esa condición, según cifras oficiales.

De hecho, el actual gobernador de Buenos Aires, Felipe Solá, dijo a periodistas que los mandatarios provinciales pidieron abiertamente a Duhalde durante la cumbre que ancle el valor del peso contra el dólar para frenar su derrumbe.

Pero el ministro de Economía, Roberto Lavagna, desechó esa posibilidad.

Con la frente marchita

Duhalde llegó al encuentro con los gobernadores luego de amenazar con renunciar si el peronismo no lo apoya, y se fue con un documento en el que los dirigentes le ratificaron sus respaldo y se mostraron a favor de llevar adelante los planes de ajuste que pide el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Pero, detrás de la señal de apoyo, se esconde una trama política, según fuentes del mismo peronismo.
"Le marcaron la cancha al hombre. Le dieron apoyo hasta que resuelva algunos problemas y, cuando lo haga lo obligan a llamar a elecciones", dijo una fuente del partido.

En tanto, un importante dirigente cercano a uno de los gobernadores con más peso dentro de la agrupación explicó que "las elecciones se van a adelantar inevitablemente. Hay una realidad política de por medio".

"Cada vez que un Presidente estuvo por abajo de 9,0 por ciento (de popularidad) se fue al demonio. Le pasó a De la Rúa. Y ahora hay un clima en el país parecido al de los últimos días de De la Rúa", agregó.

Según sondeos reciente, la imagen positiva de Duhalde apenas araña el 9,0 por ciento.

"Los gobernadores no confían en Duhalde. Está visto que la política que impuso fracasó totalmente", explicó una legisladora cercana al ex Presidente peronista Carlos Menem.

Pero, aunque se cumplan los pasos que tienen en su cabeza los gobernadores, no hay garantías de una transición ordenada, especialmente cuando en el peronismo sobran dirigentes con apetencias de convertirse en candidatos presidenciales.