BAGDAD.- Los enfrentamientos casi diarios entre Bagdad y la aviación británico-norteamericana parecen intensificarse en las zonas de exclusión aérea en el norte y sur de Irak, en medio de las amenazas de Washington de lanzar un ataque de envergadura para derrocar al régimen del Presidente iraquí Saddam Hussein.
Según Bagdad, ocho iraquíes fueron muertos y otros nueve resultaron heridos el domingo pasado en bombardeos norteamericanos y británicos contra "instalaciones civiles" en Basorah, en el sur del país, en lo que constituye el balance más pesado para un ataque de este tipo desde el 10 de septiembre de 2001.
El martes, aviones de combate norteamericanos y británicos lanzaron, según las autoridades iraquíes, dos misiles contra el aeropuerto de Mosul, 400 km al norte de Bagdad, destruyendo su sistema de radar. Iraqi Airways había reiniciado sus vuelos entre las dos ciudades en noviembre de 2000.
Los ataques señalados por el portavoz militar iraquí en esos comunicados casi diarios apuntan siempre contra "objetivos civiles", mientras que el ejército norteamericano habla de "instalaciones militares" o de "respuestas a provocaciones iraquíes".
De este modo, el portavoz del Pentágono afirmó que el ataque contra el aeropuerto de Mosul estaba dirigido contra un sistema de radar militar, la décima instalación de este tipo atacada desde principios de año, según el vocero.
"Hubo 54 provocaciones por parte de los iraquíes" en la zona de exclusión norte este año, agregó el portavoz.
Según Bagdad, desde el final de una operación de ataques británico-norteamericanos en diciembre de 1998, los aviones de esos dos países llevaron a cabo 41.888 salidas en las zonas de exclusión aérea, impuestas tras la Guerra del Golfo (1991) y que no forman parte de las resoluciones de la ONU.
De acuerdo con Bagdad, 15.108 salidas se realizaron desde Kuwait, 9.268 desde Turquía y 17.512 desde Arabia Saudita.
Sólo en los últimos doce días, 368 salidas fueron efectuadas en el sur del país y 74 en el norte, según los comunicados militares iraquíes.
Desde hace varios meses, sólo aviones radar, y no cazas, despegan de Arabia Saudita para participar en las patrullas en el sur de Irak.
Diplomáticos basados en Bagdad que siguen atentamente los comunicados militares iraquíes advirtieron desde el mes de junio un alza muy importante del número de vuelos diarios norteamericanos y británicos en el sur de Irak.
Las zonas de exclusión aérea fueron instauradas por los Aliados tras la Guerra del Golfo para proteger, según ellos, a la población chiíta en el sur y a la kurda en el norte de Irak.
Bagdad no reconoce esas zonas y afirma que unos 1.500 iraquíes murieron como consecuencia de esos ataques aéreos desde 1991.