LA HABANA.- La depresión tropical número 14, que amenaza con precipitaciones intensas a la región central de Cuba, se encuentra estacionaria a unos 500 km al sur de la isla, mientras la Defensa Civil mantiene este martes en fase de "alerta ciclónica" a cinco de las 14 provincias del país.
La depresión, con vientos de 55 km/h en su centro, está "casi estacionaria desde anoche", dijo el jefe de pronósticos del Instituto de Meteorología (IMC), José Rubiera, quien advirtió que la tempestad comenzará a trasladarse hacia el nordeste en las próximas horas, provocando fuertes lluvias a su paso.
"Las proyecciones indican que la depresión tomará rumbo al noreste, afectando a las provincias centrales y orientales, pero con poco impacto sobre la provincia y ciudad de La Habana e Isla de la Juventud (sur)", añadió el meteorólogo.
Tras el reporte del IMC, la Defensa Civil dispuso que la capital y zonas aledañas vuelvan a ser declaradas en "normalidad", en tanto sumó a la provincia de Ciego de Avila al alerta ciclónica que rige además para Matanzas, Villa Clara, Sancti Spiritus y Cienfuegos.
"Tenemos movilizados a 18.000 efectivos en tareas de aseguramiento y se ha dispuesto hasta el momento la evacuación preventiva de más de 9.000 personas" que residen en áreas inundables, afirmó el teniente coronel Astul Castellanos, miembro del Estado Mayor del organismo.
Reiteró que la población "debe mantenerse informada" sobre la evolución del meteoro, que se estima ingresará al territorio cubano alrededor de la medianoche local.
"El viento no es el problema en este caso, sino las lluvias asociadas a la depresión tropical, que serán particularmente intensas a la derecha (este) de su centro", señaló Castellanos.
Según el IMC, el fenómeno puede transformarse en Tormenta Tropical (vientos de entre 65 y 117 km/h en su centro) al atravesar la isla, pero "no tendrá tiempo de convertirse en huracán (vientos superiores a los 118 km/h" durante su pasaje por este país.
La "Depresión Tropical número 14" será la tercera tormenta que afecta a Cuba en los últimas tres semanas, tras el paso de los huracanes Isidore y Lili, que dejaron el saldo de un muerto, cinco heridos y miles de viviendas dañadas, así como cuantiosas pérdidas en cultivos de cítricos y tabaco, según datos oficiales.
La temporada de huracanes en el Caribe se extiende desde el 1 de junio al 30 de noviembre de cada año.
