BOGOTÁ.- Colombia declaró el domingo toque de queda en una conflictiva región del noreste del país, fronteriza con Venezuela, para evitar nuevos ataques de la guerrilla izquierdista que derribó una torre de energía y dejó sin electricidad la zona, informaron las autoridades.
La medida, que regirá entre las ocho de la noche y las cinco de la mañana, cobija a siete de los ocho municipios del departamento de Arauca, una región azotada por la violencia de las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El gobernador del departamento de Arauca, Oscar Muñoz, adoptó la medida luego que la guerrilla derribó con explosivos una torre de energía y dejó sin electricidad a la mayor parte de esa provincia.
"El objetivo es evitar que en medio de la oscuridad se cometan acciones terroristas. En cualquier momento los terroristas nos pueden hacer daño", dijo el funcionario a periodistas.
Es la primera vez desde que asumió el gobierno el presidente Alvaro Uribe, que se declara el toque de queda -prohibición de circular personas- en todo un departamento.
Tres municipios del departamento de Arauca hacen parte de una de las dos zonas de guerra que Uribe declaró en septiembre para enfrentar la violencia de la guerrillas de las FARC y del ELN.
Sin embargo, y pese a esa situación la violencia no se ha reducido en esa próspera región petrolera y ganadera de sabanas y selvas.
En lo que va del 2003 cuatro vehículos cargados con explosivos han estallado en Arauca con saldo de al menos 12 personas muertas y 20 más heridas, en el marco del conflicto interno de casi cuatro décadas que dejó 40.000 muertos en los últimos 10 años.
En esa región del país el ELN dejó en libertad el sábado a la periodista británica Ruth Morris y al fotógrafo estadounidense Scott Dalton, quienes permanecieron 11 días secuestrados por los rebeldes que los retuvieron cuando cumplían una misión periodística.
Unos 70 efectivos de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos llegaron en enero último a Arauca para entrenar a una brigada del ejército colombiano en la protección del oleoducto Caño Limón-Coveñas, utilizado por la multinacional Occidental Petroleum Corp y frecuentemente bombardeado por la guerrilla.
En la conflictiva región también operan escuadrones paramilitares, ilegales grupos armados que combaten a la guerrilla izquierdista.
